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Resumen:
Somos muchos a los que nos hubiera gustado colaborar de una manera más activa en la lucha directa contra la COVID-19, encuadrados en alguna de las unidades de la Operación Balmis. Desgraciadamente no ha sido posible porque cada uno tiene que estar donde le corresponde, cumpliendo eficazmente los cometidos de su puesto.
Para la extracción y propuesta de aportaciones que puedan resultar útiles, se ha estructurado la crisis provocada por la expansión del virus SARS-COV-2 (enfermedad COVID-19) en cuatro fases. Esta división nos permitirá presentar una serie de actividades y medidas que debieran haber sido tomadas en cada fase, para poder enfrentarse a la crisis en las mejores condiciones posibles. Finalmente se desarrollan las propuestas que pudieran ser de interés en el futuro, y que son el objetivo final del presente documento.
Palabras clave:
Coronavirus, COVID-19, fases, Operación BALMIS.
Introducción
El control de posibles pandemias está presente en la agenda estatal desde hace décadas. En 2013, el departamento de Seguridad Nacional1 ya incluía en su Estrategia de Seguridad Nacional una línea de acción estratégica referente a «la adopción de planes de preparación y respuesta ante pandemias» 2. Los sucesivos informes anuales3 han reflejado las situaciones vividas en estos años, en especial las referentes a los virus ébola, zika y SARS-CoV. Ya se menciona en ellos la actuación preferente de las Fuerzas Armadas, al indicar que «la acción fundamental relacionada con esta emergencia (ébola) en España ha sido la conformación de la red de hospitales de tratamiento de casos confirmados de ébola, a la que se ha unido la nueva Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Central de la Defensa»4.
La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 identifica las epidemias y pandemias como uno de los principales desafíos5 para la Seguridad Nacional, cuyo riesgo debe mitigarse «mediante el desarrollo de planes de preparación y respuesta, tanto genéricos como específicos, con una aproximación multisectorial que asegure una buena coordinación de todas las administraciones implicadas tanto a nivel nacional como internacional»6.
El Panorama de Tendencias Geopolíticas Horizonte 2040 prevé que la salud de la población será uno de los grandes desafíos del siglo XXI debido a la proliferación de pandemias, y que la necesidad de atajar los brotes en el lugar de origen requerirá un mayor uso de capacidades e instalaciones militares7. El documento elaborado por el Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos, Entorno Operativo 20358, incluye las epidemias y pandemias como uno de los desafíos a los que se enfrenta la sociedad española. La actuación para hacer frente a esta situación se incluye dentro del Contexto Operativo 3, de Seguridad y Bienestar de los Ciudadanos, donde se indica que «las Fuerzas Armadas deberán estar preparadas, cuando se les requiera, para cooperar con sus capacidades con otros instrumentos del poder del Estado». Esta actuación, por tanto, no se limita exclusivamente a la labor sanitaria y de farmacia, sino a cualquier otra que las Fuerzas Armadas pueden ofrecer. Estas capacidades, como se ha visto, abarcan desde labores específicamente sanitarias y de desinfección, hasta tareas de seguridad y vigilancia, transporte de material, y en su caso, personal y enfermos, montaje de instalaciones sanitarias y atención a personal civil9.