Marine, estrella y hasta nuevo modelo de masculinidad, todo eso es el actor del año en la película de la temporada: ‘La Casa Gucci’.
Nada en este hombre parece ordinario, común o simplemente habitual. Marine antes que actor, ha hecho de su rostro cubista un emblema de lo nuevo. Y así, la que se antoja la producción de la temporada justo es que comparezca de la mano del que es el intérprete de éste y de muchos más años. Adam Driver (San Diego, 1983) ha pasado en poco menos de una década de ser un rostro difícil con carisma a un actor de época de gesto clásico capaz por igual de dar vida al más desproporcionado de los villanos en Star Wars y de ser el imprescindible en una lista de directores más o menos de culto que va desde los hermanos Coen a Scorsese pasando por Noah Baumbach, Jim Jarmusch o Steven Soderbergh.
En el año que nos ocupa hemos visto a Driver con armadura en El último duelo, de Ridley Scott, cantando en el heterodoxo musical de los Sparks y Leos Carax Annette y ahora enfundado en el más elegante de los ternos secundado por Lady Gaga. La Casa Gucci, también de Scott, es drama de alta costura; una historia desproporcionada para un actor sin medida y genuinamente único.
PREGUNTA. Amor, codicia, familia y, obviamente, moda. ¿Cuál de todos estos elementos del drama shakespeariano de los Gucci le impresionó más, hasta el punto de que se decidiera a hacer la película?
RESPUESTA. Ninguno de ellos. Digamos que me familiaricé con la historia cuando llegó el guion. Pero si decidí hacer la película fue exclusivamente por Ridley Scott.
PREGUNTA. Después de inaugurar Cannes con Annette y de los dos trabajos siguientes con Scott, ¿diría que es su año? ¿Siente que ha llegado donde todo actor desearía?
RESPUESTA. Sin duda es un momento muy especial en mi carrera, pero, sinceramente, siento lo mismo ahora que en cada uno de los años anteriores desde que empecé. Pasa el tiempo, mi cuerpo se transforma y cambian mis prioridades. Pero, en realidad, soy consciente de que casi todo lo que me ocurre se escapa a mi control. Ha coincidido que esta temporada se han visto tres películas mías, pero si se analiza por qué, se ve que ha sido por culpa de los retrasos generados por el Covid. He tenido suerte (muchos otros con igual o más talento que yo no la tienen) y me esfuerzo por aprovechar mis oportunidades.
PREGUNTA. Después de inaugurar Cannes con Annette y de los dos trabajos siguientes con Scott, ¿diría que es su año? ¿Siente que ha llegado donde todo actor desearía? Tal como lo plantea más que felicitarle dan ganas de darle el pésame.
RESPUESTA. Bueno, lo que quería decir es que lo que te ocurra en el cine no depende de ti. Hay demasiada gente decidiendo. Mi única ventaja ahora, en mi posición, es que tengo el control sobre aquello que rechazo, sobre lo que me niego a hacer. Digamos que he adquirido el poder de decir que no. Por lo demás, intento mirarme en la carrera de la gente que admiro.
PREGUNTA. ¿Por ejemplo?
RESPUESTA. De Niro, Gene Hackman, Al Pacino, Dustin Hoffman… Todos ellos son actores sobre todo disciplinados y muchos de ellos se formaron primero en el teatro.
PREGUNTA. ¿Cómo cree que ha cambiado la situación del cine si la compara a la de ellos?
RESPUESTA. Ahora hay muchas más oportunidades de trabajo para un actor y la presión con las plataformas o la irrupción de las redes sociales no tiene nada que ver. Aquellos eran unos tiempos en el que los actores podían ir del teatro al cine de manera natural. Se hacían también cosas más interesantes que eran éxitos comerciales. Pienso por ejemplo en La batalla de Argel de Gillo Pontecorvo. Ahora mismo que una película así no sólo tenga éxito si no que se pueda hacer es una idea imposible.
PREGUNTA. Cuando se empezó a hablar de usted después de la serie Girls, muchos de los titulares se iban en señalar que era el representante de una nueva masculinidad. ¿Se siente concernido por esta idea? ¿Cuánto de nueva es su masculinidad?
RESPUESTA. ¿Nueva masculinidad? Sí, ya he leído eso sobre mí… pero, la verdad, no sé muy bien qué es o a qué se refiere. Me limito a interpretar mi personaje. Creo que más que de mí, los titulares se referían a mi personaje. Vuelvo a lo de antes, lo que la gente percibe de mí se escapa a mi control.
PREGUNTA. Otra de las cuestiones que siempre aparecen en su biografía es su pasado como marine. ¿Sigue colaborando en la organización Arts in the Armed Forces?
RESPUESTA. De hecho, acabamos de tener la primera actuación después de año y medio de parón por el Covid. Según acabé, tomé un avión para la promoción de La Casa Gucci. Todo empezó hace 13 años y básicamente consiste en hacer representaciones para el ejército.
PREGUNTA. No sé si la pregunta es pertinente pero, ¿qué tienen en común el trabajo de un actor con el de un soldado?
RESPUESTA. Es muy pertinente, porque hay mucho en común y existe una correlación directa. Por supuesto, lo que está en juego es muy diferente. En el ejército, un error se puede pagar con la vida. Pero básicamente en los dos casos se trata de un equipo de gente que no tiene prácticamente nada en común, obligado a trabajar con un mismo propósito y a tener una relación muy íntima durante un espacio de tiempo muy corto. A la vez, cada uno por separado ha de sentirse relevante. Y todo ello bajo las órdenes de un director. De hecho, la relación entre el ejército y el teatro es antigua.
PREGUNTA. ¿Cuánto de antigua?
RESPUESTA. Sófocles se implicó en el ejército y escribió obras de teatro para un público que estaba en guerra en siete frentes a la vez. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el ejército en EEUU no es más que el 1% de la población y la falta de comunicación entre civiles y militares es la mayor en la historia de mi país. Creo que es interesante y bueno crear espacios de entendimiento entre los dos.
PREGUNTA. Siempre ha dicho que el patriotismo fue el principal motivo para alistarse tras el ataque a las Torres Gemelas. Se acaban de cumplir 20 años de entonces. ¿Qué le queda de aquel sentimiento?
RESPUESTA. No creo que sea a mí a quien le corresponda responder a esa pregunta. Hay personas más cualificadas que yo.
PREGUNTA. En realidad, le pregunto por lo que siente. No pretendo que haga un análisis geopolítico.
RESPUESTA. Sólo soy un actor en una película sobre la familia Gucci.