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Resumen:
La información obtenida mediante el ADN ha evolucionado de manera explosiva durante los últimos años y su cambio muestra nuevas vulnerabilidades y amenazas. Las consecuencias pueden ser graves, por lo que resulta interesante examinar algunos de estos riesgos.
Palabras clave:
ADN, kits de ADN domésticos, inteligencia, seguridad, defensa.
Introducción
Vivimos unos tiempos convulsos en los que la biología ha llamado a la puerta el pasado invierno en forma de pandemia y al que con desigual interés y resultados unos y otros actores gubernamentales han prestado atención.
Partiendo de esta premisa general y habida cuenta de que existen otros riesgos menos evidentes que, si bien alcanzarían a un número reducido de personas, sin embargo, sus consecuencias en determinadas circunstancias podrían ser catastróficas; es por ello por lo que vale la pena hacer una aproximación somera al tema del ADN y poner sobre la mesa algunos de los aspectos más relevantes para la Seguridad y la Defensa.
Así, primero no hay más que rescatar la vieja fórmula de un cóctel como es el uso del ADN para lograr localizar objetivos operativos de Seguridad y Defensa, de lo cual queda constancia con los siguientes dos ejemplos de un clásico que nunca pasa de moda.
Es decir, en el primero de ellos tenemos que, a partir del ADN de la hermana muerta de Bin Laden, la CIA organizó una operación en 2011 para obtener el ADN de las personas que residían en un complejo terrorista vigilado de Abbottabab, Pakistán y así poder determinar de manera precisa si alguno de los sujetos era dicho terrorista y si algunos de los demás allí presentes eran familiares suyos1.
Nuevamente, y ya en 2019, la CIA, gracias a las Fuerzas Democráticas Sirias, localizó a un terrorista. En este caso fue Abu Bakr Al Baghdadi, el líder del Estado Islámico y lo hizo por medio de unos calzoncillos suyos que le fueron sustraídos, los cuales fueron utilizados no solo para establecer la identidad al 100 % del objetivo mediante el ADN obtenido de estos, sino para localizar a posibles familiares suyos que pudieran estar en su compañía en el momento de la operación desplegada para neutralizarlo.
A dicho cóctel clásico actualmente hay que añadirle adrenalina al gusto para que el mismo siga haciendo las delicias de quienes se dedican a la inteligencia y en especial a los que se dedican a buscar y encontrar objetivos.
Por ello, la línea de exposición que se seguirá a continuación es bien sencilla. A partir de un hecho internacional difuso y sin repercusión mediática nacional, se indaga en el trasfondo de este y mediante simple extrapolación y casuística nacional se descubren por análisis algunos de los riesgos reales que suponen para la Seguridad y la Defensa nacional determinadas cuestiones vinculadas al ADN humano, así como otras cuestiones conexas.
El problema de EE. UU.
De esta manera y a modo de rocambolesca pirueta respecto a los ejemplos anteriormente propuestos, hay que decir que entre los múltiples frentes abiertos que tiene el Departamento de Defensa (DoD) norteamericano se encuentra la protección de sus propios efectivos, lo que supone un arduo trabajo al que se tiene que prestar atención en una nueva faceta que curiosamente se ha originado a raíz de determinados resultados en el ámbito de la Seguridad.
Por lo tanto, a día de hoy, resulta toda una paradoja que la captación de ADN por particulares de todo tipo mediante kits domésticos que se remiten para su análisis a empresas privadas de servicios médicos y de genealogía genética, principalmente, y cuyos resultados pueden ser almacenados voluntariamente por los usuarios en bases de datos de acceso público —los cuales han sido elementos clave para la detención de criminales en serie—, sean ahora un auténtico problema para los operativos de Defensa norteamericanos.