El pasado sábado 20 de junio, horas después de que una manifestación en apoyo al movimiento Black Lives Matter se disolviese en Forbury Gardens (un conocido parque en la localidad británica de Reading), un joven de 25 años y de origen libio, Khairi Saadallah, que previamente ya había cumplido condena en las cárceles británicas, atacaba a un grupo de personas con un cuchillo, matando a tres de ellas. Saadallah tenía estatus de refugiado y alegaba haber huido de su país por la amenaza del islamismo. Llevaba varios años viviendo en Reino Unido, donde se había convertido al cristianismo y había cumplido un año de prisión por varios delitos violentos menores. Varios testigos presenciales relatan cómo Saadallah llegó al parque corriendo y se dirigió a uno de los muchos grupos de personas que tras la concentración seguían en el parque bebiendo entre amigos, apuñalando a tres personas en el cuello y debajo de los brazos, mientras gritaba palabras ininteligibles. Conforme los viandantes comenzaban a huir, apuñaló a dos personas más y huyó en el momento en el que los primeros intervinientes policiales llegaban a la escena, siendo placado por uno de ellos (1).
Saadallah, que fue detenido a los escasos cinco minutos de haberse realizado la primera llamada de emergencias a la policía (2) y que no opuso ningún tipo de resistencia a la detención, permaneciendo en silencio en todo momento (3), fue rearrestado el domingo bajo cargos de terrorismo. De hecho, se conoció que era persona de interés del MI5 por su supuesto interés en viajar al extranjero a zonas de riesgo terrorista, lo cual no llegó a hacer (4); sin embargo, no era sujeto de investigación activa. Se sabía que Saadallah sufría episodios de estrés postraumático a su llegada de Libia y estaba en tratamiento psicológico, y que su cuadro médico parecía haber empeorado con el confinamiento debido al COVID-19. Esta situación y el hecho de haber pasado por la cárcel le llevaba a considerar la posibilidad de retornar a Libia.
La identificación de determinadas variables puede constituir una fuente de datos valiosa para mejorar los protocolos de respuesta ante incidentes
El viernes 26 de junio, alrededor del mediodía, otro solicitante de asilo de origen sudanés, alojado por las autoridades escocesas en un hotel en Glasgow durante la pandemia, y que había amenazado violentamente a sus compañeros de residencia, comenzó a quejarse por la comida, tomó un cuchillo y se lanzó a un ataque contra los demás huéspedes. Según varios testigos, otros refugiados ya habían notificado el comportamiento errático y agresivo del individuo, y se sentían amedrentados en su presencia. Dichos testigos también hablan de la masificación del centro, la baja calidad de la comida y cómo estos factores estaban afectando a la estabilidad mental de los hospedados, que en muchos casos ya presentaban una salud mental debilitada, fruto de los entornos de los que habían huido en sus países de origen (5). El atacante hirió de diversa gravedad a cinco personas, así como a uno de los primeros policías en llegar al Park Inn Hotel donde tuvieron lugar los hechos.
El agente David Whyte se convirtió paradójicamente en uno de los heridos de mayor gravedad del incidente. Mientras su compañero evacuaba a las víctimas de menor consideración y prestaba asistencia a otras de mayor gravedad, Whyte trató de neutralizar la amenaza con su dispositivo eléctrico de control (taser) de dotación, si bien el atacante pudo evitarlo y contraatacó, hiriendo a Whyte en cuello, abdomen y una pierna (6), lo que provocó la pérdida masiva de sangre de forma casi inmediata. La secuencia del ataque parece indicar que no fue premeditado: discusión por la comida, primero ataque a un trabajador de mantenimiento, luego a personal de recepción, a continuación a huéspedes que trataban de esquivar al atacante y finalmente al primer interviniente que le alcanzó, por lo que el tratamiento dado ha sido de incidente armado sin indicio de terrorismo.
Elementos comunes
Aparte de los paralelismos entre ambos atacantes, solicitantes de asilo (si bien en distintas fases del proceso) y con problemas mentales posiblemente derivados tanto de las situaciones que dejaban atrás en sus países de origen como de la propia pandemia y el confinamiento, los ataques guardan también varios elementos en común:
- Ambos ataques han sido aleatorios en cuanto a falta de planeamiento en la selección de víctimas y el momento del ataque. Tampoco hay constancia de que la localización haya sido seleccionada. En el caso de Saadallah se pudo deber a que se trataba de una zona con múltiples víctimas potenciales congregadas, y en el caso del hotel de Glasgow, el lugar de residencia del atacante.
- Pese a la falta de planeamiento, en ambos casos podemos hablar de incidentes activos, donde los atacantes buscaban provocar el mayor número posible de víctimas durante un mismo ataque en un periodo de tiempo breve pero continuado.
- El arma de selección, en ambos casos cuchillos, presenta varias características comunes. En primer lugar, su fácil acceso. Puede considerarse también un arma de fortuna, puesto que se encuentra disponible en cualquier hogar, restaurante, etcétera; puede que sus características en términos de lesividad cambien (la lesividad de un cuchillo de cocina posiblemente sea menor que la de un cuchillo de caza o un ka-var operativo), pero igualmente puede potencialmente, y con la aplicación de la fuerza necesaria en determinadas partes del cuerpo, provocar daños de gravedad. En segundo lugar, el uso de cuchillos obliga a incrementar la proximidad entre atacante y víctima a distancia cuerpo a cuerpo, lo que necesariamente disminuye el ratio de víctimas: un solo cuchillo con un solo atacante, solo puede generar una víctima por puñalada asestada, abriendo una ventana temporal de oportunidad para que otras víctimas potenciales puedan establecer distancia física entre ellas y el atacante, poniéndose a salvo.
- Tipo de patrones lesionales comunes. Las armas blancas presentan, en general, dos tipos de patrones lesionales: cortes e incisiones o heridas penetrantes. Mientras que los cortes pueden ser tanto heridas defensivas (donde la víctima trata de protegerse, apareciendo principalmente en manos y antebrazos), las heridas penetrantes presentan mayor letalidad, especialmente en tórax (corazón y pulmones, daño masivo orgánico), abdomen (hemorragia interna y/o evisceración), y cuello y extremidades por pérdida masiva de sangre y daño masivo de tejidos (7).
- Al tratarse de incidentes activos, presentan una ventana de oportunidad tanto para intervinientes inmediatos como para primeros intervinientes, para prestar una primera asistencia, por muy básica que sea, a las víctimas, minimizando su número final mediante control de sangrado, evacuación, y aplicación de otras técnicas.
Podemos observar de esta comparativa una serie de elementos recurrentes. Ello nos lleva a la inferencia de que la identificación de determinadas variables, tales como tipo de arma, entorno abierto o confinado, marco temporal y patrones lesionales asociados al arma, puede constituir una fuente de datos valiosa a la hora de extraer lecciones aprendidas y mejorar los protocolos de respuesta ante incidentes específicos.
Referencias
1. Holloway, H. (2020), “Who is the Reading terror suspect?”, en https://www.thesun.co.uk/news/11917242/who-reading-terror-suspect-khairi-saadallah/
2. BBC (2020) “Reading stabbing attack suspect Khairi Saadallah known by the MI5”, en https://www.bbc.com/news/uk-53129046
3. Cambridge, E., et alter (2020), “Cops confirmed bloodbath was terror attack, as Libyam man, 25, is arrested after nighttime raid”, en https://www.thesun.co.uk/news/11916773/reading-attack-terror-cops-confirm/
4. BBC, op. Cit.
5. McGivern, M. (2020), “Glasgow stabbing: Knifeman was ‘unhinged and angry, the night before the attack”, en https://www.mirror.co.uk/news/uk-news/glasgow-stabbing-knifeman-was-unhinged-22261272
6. Hamilton, J. (2020) “Glasgow stabbing: hero police officer who tackling knife-wielding man pictured”, en https://www.dailystar.co.uk/news/latest-news/glasgow-stabbing-hero-police-officer-22261314
7. Ahn, S., et alter (2016), A comparison of self-inflicted stab wounds versus assault-induced stab wounds, Trauma Monthly, 21 (5), e25304