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Ciberbioseguridad: el reto de las nuevas amenazas de la ciberbiotecnología

Profesor Universitario y Consultor Internacional en Ciberseguridad y Ciberdefensa. Ph.D en Administración y Ph.D en Educación. Docente en varios posgrados en seguridad de la información, ciberseguridad y cibercrimen en Colombia.

La acelerada convergencia tecnológica que ha venido evolucionando y avanzando desde principios del nuevo milenio, manifestada en disciplinas científicas emergentes como la biotecnología, la bioseguridad, la bioinformática y la bioética, muestran una aproximación multidisciplinar que involucra diferentes disciplinas como biología, química, genética, virología, ingeniería, ciencias sociales, minería, entre otras para establecer un nuevo marco de reflexión e innovación donde estudian problemas conocidos y heterogéneos para visualizar aspectos distintos de éstos en dominios de conocimiento diferentes.

Este ejercicio multidisciplinar demanda la identificación de patrones, correlación de eventos, procesamiento intensivo de datos y competencias matemáticas con el fin de modelar aspectos propios de los sistemas biológicos y organismos vivos, con el fin de avanzar en la creación, modificación y recombinación de los mismos desde perspectivas complementarias y entender sus efectos sociales, políticos, económicos, tecnológicos y ecológicos que pueden comprometer y afectar aspectos propios de la dinámica humana.

Esta tendencia ha sido recogida inicialmente desde 1992 con el “Convenio sobre Diversidad Biológica” emitido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que define la biotecnología como “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”. Esta definición establece un marco de acción donde plantean avances tecnológicos que se han concretado aplicaciones importantes en medicina (producción de antibióticos, nuevos fármacos), en la industria (enzimas catalizadoras, biocombustibles, producto biodegradables), en el medio ambiente (microorganismos para eliminación de sustancias o control de derrames de petróleo) entre otras (EcuRed, s.f).

Sin perjuicio de lo anterior, la biotecnología ha sido igualmente de mucho interés por parte de las investigaciones en ciencias militares, bien en la búsqueda de estrategias para aumentar las defensas de un país, como una opción para el desarrollo de armas biológicas. El estudio y análisis de agentes patógenos diseñados como armas, se convierten en una forma eficiente de dominar al agresor y diezmar sus capacidades humanas, económicas, sociales y ecológicas, como un enemigo invisible que sólo se puede advertir por sus efectos y pocas veces identificar con certeza dado el diseño particular que se tiene de tal agente, que sus mutaciones lo hacen difícil de seguir y analizar.

Investigaciones recientes muestran reflexiones y avances en estos temas de los países desarrollados, particularmente aquellos que tienen los mayores presupuestos en los temas de defensa como son Estados Unidos de América, China, Rusia, India y Emiratos Árabes. Allí, existen centros de investigación creados y patrocinados por los gobiernos en instalaciones militares (y fuera de ellas con financiación de presupuesto de defensa) que han venido avanzando en la exploración y análisis de las armas biológicas, lo que implica un alto nivel de bioseguridad y control por las posibles consecuencias adversas que pueden tener los resultados de sus investigaciones (Shoham, 2015).

En este contexto, muchos podrían pensar sobre las millonarias inversiones que estos laboratorios pueden tener y cuestionar sus objetivos, sin embargo esto hace parte integral de las capacidades que los Estados deben desarrollar frente a la salvaguarda de una nación en escenarios de acciones contrarias con sus nacionales e instituciones, esto es capacidades defensivas, ofensivas, disuasivas, de inteligencia y posiblemente diplomáticas, las cuales generalmente son ejercidas por las cancillerías en coordinación los encargados de defensa.

Con el aumento de la densidad digital en las organizaciones y en la sociedad en general, el flujo de información controlada y emergente desde diferentes puntos en los nuevos ecosistemas digitales de negocio, que atraviesan todas las industrias, se configura un nuevo escenario de oportunidades y riesgos emergentes, que no sólo están asociados con la protección de los datos, sino de las funcionalidades de los dispositivos inteligentes, los procesos automatizados y las condiciones de salud de muchas personas.

En este nuevo ejercicio de visualización e identificación de patrones de amenazas, ahora en medio de ecosistemas densamente interconectados, con múltiples proveedores y tecnologías emergentes (como puede ser los servidores serverless (Baldini et al., 2017)) se hace necesario establecer relaciones con disciplinas interdisciplinarias como la bioseguridad, seguridad ciberfísica y ciberseguridad, las cuales han venido evolucionando y proponiendo alternativas de interés con el fin de identificar y gestionar amenazas claves en cada uno de sus dominios de acción.

La bioseguridad como el estudio de la protección, el control y debido cuidado de los materiales biológicos a fin de evitar su acceso no autorizado, pérdida, robo, uso indebido, desviación o liberación intencional (Schabacker, Levy, Evans, Fowler & Dickey, 2019), se configura como la estrategia de seguridad y control en el escenario de la biología computacional y la biotecnología, donde la creación y manipulación de agente vivientes con fines patógenos o benéficos se convierte en el reto permanente de los profesionales de esta área, para configurar un ambiente confiable de operación donde la innovación se pueda materializar de forma confiable y ajustada a los protocolos establecidos de protección de estos entornos.

La seguridad ciberfísica definida como el estudio de las potenciales consecuencias de la alta dependencia entre los sistemas físicos y los sistemas tecnológicos que los controlan y supervisan, muestra un marco de trabajo convergente de protección y aseguramiento entre el mundo físico y el mundo lógico (Schabacker, Levy, Evans, Fowler & Dickey, 2019). Es un ejercicio no sólo de control de condiciones de operación de un objeto del mundo físico, sino el entendimiento y mitigación de efectos no deseados en el mundo real. Esta tipo de seguridad hace énfasis en la disciplina operativa que deben tener las personas y las dependencias tecnológicas que tiene la operación que si fallan pueden tener consecuencias importantes en el mundo físico.

La ciberseguridad como disciplina interdisciplinar que estudia las amenazas y retos de los ecosistemas digitales y sus flujos de información para gestionar los procesos, proteger el valor y aumentar la resiliencia de las empresas, se configura como el nuevo referente de la gestión de los ciberriesgos, un tipo de riesgo sistémico y asimétrico que revela en el tejido digital de relaciones e interconexiones que se generan en un ecosistemas digital, que al materializarse tiene efectos en cascada dependiendo de la articulación y cercanía de los objetos que están conectados. La ciberseguridad en este entendido, deja de ser una práctica y se constituye en una capacidad de aprendizaje que reconoce y anticipa patrones de amenazas digitales, para defender y anticipar posible acciones y eventos inesperados, que le permitan mantener su operación y reconfigurarse a pesar de que el adversario pueda tener éxito.

Con una realidad aumentada como resultado de una densa nube de conexiones digitales de objetos digitales e inteligentes conectados, las amenazas que se conocían previamente en cada uno de los saberes previos comentados se transforman y se fusionan con aspectos de la realidad (cadena de suministro, ciencias de la vida, sistemas ciberfísicos, sistemas informáticos) para sugerir una perspectiva de seguridad y control cuyo fin último no es la información, ni la resiliencia, ni la competitividad, ni el debido cuidado de materiales biológicos, sino la permanencia de una entidad ciberbiotecnológica, que exhibe características emergentes y distintas donde todo lo anterior converge en una misma realidad.

Este concepto de ciberbiotecnología como evolución transdisciplinar del conocimiento humano, propone nuevos objetos de estudio y protección, que requieren nuevos argumentos, procedimientos e interpretaciones para obtener resultados imprevistos y relaciones emergentes desconocidas, que pondrán a prueba a los profesionales que exploren este escenario complejo y asimétrico que plantea una realidad aumentada y que para algunos investigadores se proyecta como el nuevo transhumanismo (Leonhard, 20169.

No hay duda que esta nueva realidad será apropiada por muchos, cuestionada y rechazada por otros, dadas las implicaciones de seguridad y privacidad que tiene en sí mismo la incorporación de tecnología en el cuerpo, el uso de dispositivos que cambian y aumentan características humanas, las experiencias virtuales reales de experiencias muy humanas y propuesta de mecanismos cibernéticos con inteligencia artificial controlada o autónoma. Este nuevo escenario demanda repensar el concepto de seguridad más allá de la conocida triada de confidencialidad, integridad y disponibilidad, para abrir espacios de reflexión de conecten y entiendan la realidad emergente que nos presenta esta sociedad aumenta y con mayor densidad digital.

Así las cosas, la literatura propone una nueva disciplina de conocimiento denominada ciberbioseguridad, con el fin de identificar, reconocer y anticipar nuevas ciberbioamenazas las cuales ahora pertenecen a un dominio de interacciones de entes biológicos aumentados con tecnología, que interactúan en redes de información y ecosistemas digitales, los cuales son capaces de modificar y recombinar componentes biológicos, integrarlos con realidades digitales y desplegarlos a través de algoritmos de aprendizaje, para desarrollar e incorporar contramedidas que permitan prevenir, proteger, mitigar, investigar y atribuir tales amenazas en lo que respecta a la seguridad, la competitividad y la capacidad de recuperación de una persona, de una organización o ecosistema digital (Murch, So, Buchholz, Raman & Peccoud, 2018).

La formación de estos nuevos profesionales pasa necesariamente por un cambio de pensamiento lineal y cierto, a uno interdisciplinar y de inciertos, donde es posible capitalizar el error en oportunidades para comprender los fenómenos emergentes de la convergencia entre la biología y las ciencias informáticas, para darle paso a una visión transdisciplinar y de complejidades donde la novedad permanente es la base de las acciones y estrategias que un estudiante de esta nueva disciplina debe mantener.

En consecuencia estudiar ciberbioseguridad implica explorar un nuevo territorio de riesgos interdisciplinares y conexos como (Millett, dos Santos & Millett, 2019):

  • El robo, la eliminación o el rescate de datos, algoritmos o programas informáticos con repercusiones directas o indirectas en la investigación y el desarrollo o en las operaciones comerciales y de su cadena de suministro;
  • La modificación de datos, algoritmos o programas informáticos con un impacto directo o indirecto en la investigación y el desarrollo o en las operaciones comerciales y de su cadena de suministro;
  • La pérdida de propiedad intelectual o de ventaja comercial por el hecho de que los datos, algoritmos o programas informáticos estén a disposición de los competidores o embebidos en productos biotecnológicos;
  • Potencial de inhabilitación o interrupción de sistemas o infraestructuras importantes que provoque la interrupción de las operaciones comerciales o impida las buenas prácticas de fabricación;
  • Manipulación de la biofabricación o de los sistemas automatizados con interfaces en dispositivos médicos o de la cadena de suministro.

que repiensan conceptos conocidos como (Schabacker, Levy, Evans, Fowler & Dickey, 2019):

  • Amenaza: situación natural o causada por el hombre, individuo, entidad que tiene o sugiere un potencial de daño o deterioro a la vida, a la información, a las operaciones, el medio ambiente o un ecosistema digital.
  • Vulnerabilidad: característica física, lógica, ciberfísica o atributo operacional que hace que una entidad o individuo o ecosistema esté abierto a la explotación o materialización de un peligro concreto.
  • Consecuencia: el efecto de un evento, incidente u ocurrencia que ocasiona afectaciones en las dimensiones políticas, económicas, sociales, tecnológicas, cibernéticas y ecológicas.
  • Adversario: Individuo, entidad o colectivo que explota vulnerabilidades conocidas o emergentes en el dominio ciberbiotecnológico, con el fin de afectar y crear inciertos en contexto específicos con propósito conocidos o desconocidos.

 La ciberbiotecnología como ciencia que rompe las fronteras de los saberes disciplinares, demanda una revisión y reinvención de lo que entendemos por seguridad y control en estos momentos. Esta nueva ciencia que no sólo se articula desde los conceptos biológicos, es una oportunidad para construir una visión de la protección de forma integral que sume y visualice el bienestar y salud de una realidad aumentada como un sistema inmunológico que aprende, reconoce y anticipa acciones frente a agentes patógenos biotecnológicos y ciberbiotecnológicos, y que se fortalece con una red extendida de protección y defensa colaborativa que permite una sensibilidad aumentada para genera alertas de amenazas desde el entendimiento y correlación de rarezas, contradicciones y señales débiles que puedan generar los adversarios.

La ciberbioseguridad por definición es resiliente, se restaura a sí misma, aprende y desaprende con cada interacción y desarrolla una inteligencia colectiva que permanece atenta y vigilante para tomar acciones y estrategias que defiendan los nuevos activos ciberbiotecnológicos, y así preservar las exigencias y necesidades de los diferentes grupos de interés en cuento a su confidencialidad, integridad, disponibilidad, utilidad, posesión y autenticidad (Parker, 2010).

Referencias

Baldini, I., Castro, P., Chang, K., Cheng, P., Fink, S., Ishakian, V., Mitchell, N., Muthusamy, V., Rabbah, R.,  Slominski, A. & Suter, P. (2017), Serverless Computing: Current Trends and Open Problem (2017) Serverless Computing: Current Trends and Open Problems. En: Chaudhary S., Somani G., Buyya R. (eds) Research Advances in Cloud Computing. Springer, Singapore.

EcuRed (s.f.). Biotecnología. Recuperado de: https://www.ecured.cu/Biotecnología

Leonhard, G. (2016). Technology Vs. Humanity. The coming clash between man and machine. UK: Fast Future Publishing.

Millett, K., dos Santos, E. & Millett, P. (2019). Cyber-Biosecurity Risk Perceptions in the Biotech Sector. Front. Bioeng. Biotechnol. 7(136). doi: 10.3389/fbioe.2019.00136

Murch, R., So, W., Buchholz, W., Raman, S. & Peccoud, J. (2018). Cyberbiosecurity: An Emerging New Discipline to Help Safeguard the Bioeconomy. Front. Bioeng. Biotechnol. 6(39). doi: 10.3389/fbioe.2018.00039

Parker, D. (2010). Our excessively simplistic information security model and how to fix it. ISSA Journal. July. 1-9.

Schabacker, D., Levy, L., Evans, N., Fowler, J. & Dickey, E. (2019). Assessing Cyberbiosecurity Vulnerabilities and Infrastructure Resilience. Front. Bioeng. Biotechnol. 7(61). doi: 10.3389/fbioe.2019.00061

Shoham, D. (2015). China’s Biological Warfare Programme: An Integrative Study with Special Reference to Biological Weapons Capabilities. Journal of Defence Studies. 9(2). 131-156. De: http://idsa.in/jds/9_2_2015_ChinasBiologicalWarfareProgramme.html

Fecha de publicaciónabril, 2020

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