Ahora que el trabajo en remoto es una realidad diaria para gran parte de la población, el teletrabajador se ha convertido en una línea de defensa clave a la hora de proteger la información corporativa. Vamos a repasar con un experto en seguridad informática cinco claves que nos servirán para que nuestros dispositivos electrónicos profesionales (y personales) estén a salvo.
Con los ciberdelincuentes tratando de instrumentalizar el coronavirus y con los empleados teletrabajando, el perímetro a proteger por la empresa es mucho mayor y los empleados somos parte importante de su defensa.
Por eso, es importante trabajar de manera segura desde casa y, ya de paso, saber proteger nuestros dispositivos personales. Para ello, reunimos cinco recomendaciones de Diego Barrientos, experto en seguridad informática e instructor de la plataforma de formación online Udemy, que considera fundamentales para estar a salvo de los ciberataques:
– Cambiar la contraseña de configuración del router, así como la contraseña de WiFi. Estas deberán tener más de 10 caracteres, contar con letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos (como el punto y coma). No se deben emplear palabras que puedan figurar en el diccionario. Además, para una mayor seguridad puedes habilitar el encriptado WPA2 y desactivar el WPS, para acceder a ellos tan solo deberás escribir en el navegador web 192.168.0.1 (o 192.168.1.1) y presionar la tecla ENTER.
– No permitir que el navegador web recuerde las credenciales de acceso (usuario y contraseña) que se emplean para acceder a los diferentes servicios, ya que estos datos son muy fáciles de obtener si un intruso accede a tu ordenador de forma remota.
– Nunca hay que acceder al correo electrónico personal mientras esté la cuenta de correo empresarial abierta en otra ventana del mismo ordenador. Existen scripts que pueden secuestrar las sesiones de las aplicaciones abiertas y quedarse con todos los datos si abres un correo personal infectado.
– Mantener el ordenador encendido solo mientras se está trabajando y apagar Smart TVs, teléfonos móviles, asistentes de voz y cualquier otro dispositivo que pueda “escuchar”, sobre todo si se mantienen reuniones por videoconferencia o llamada.
– Apagar el router cuando no se utilice. Si se apaga, por ejemplo, mientras se duerme, disminuye los tiempos de exposición de la red a los programas automatizados de rupturas de redes inalámbricas.