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¿Cuándo pueden los abuelos conocer al recién nacido?

Aaron E. Carroll. Es un colaborador regular de Opinión de The New York Times. Es profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana y en el Instituto Regenstrief.

Con precauciones establecidas, es posible que puedas ver —y hasta cargar— al nuevo miembro de la familia.

Uno de los aspectos más difíciles de la pandemia de la COVID-19 es que ha forzado a las familias y los amigos a perderse los hitos de la vida. Bodas, cumpleaños, bat mitzvás y todo lo demás ha sido cancelado o enviado a Zoom. La semana pasada, en vez de asistir a una ceremonia de graduación normal, llevamos en auto a mi hijo mayor y condujimos por la pista de su escuela y le entregaron un diploma por la ventana.

Sin embargo, quizás ninguna ocasión sea más dolorosa de perder que el nacimiento de un nieto. Después de todo, los bebés solo crecen, y la oportunidad perdida de ver a un recién nacido no se puede recuperar.

Cuando la pandemia se extendió en marzo y abril, existían pocos datos sobre dónde o en quiénes se estaba propagando el coronavirus, por lo que, comprensiblemente, las autoridades de salud pidieron la máxima precaución. Tenían buenas razones para hacerlo. Muchas personas fueron infectadas, muchos ni siquiera lo sabían, y nos faltaban las pruebas para saber dónde y quiénes eran.

Las cosas son diferentes ahora. A medida que disminuyeron las hospitalizaciones y las tasas de infección bajaron en algunas áreas, gran parte del país ha comenzado a relajar las restricciones. Si hace un mes parecía imposible que los abuelos conocieran a su último nieto, las familias ahora quieren saber si es seguro, y cómo hacerlo.

Nunca vamos a reducir el riesgo de infección a cero. Pero hay pasos que podemos tomar para minimizar los peligros. Si las familias están dispuestas a seguirlos, debería ser razonablemente seguro que los bebés y los abuelos se reúnan.

Hasta ahora, los datos sugieren que los recién nacidos no tienen complicaciones de alto riesgo relacionadas con el coronavirus. El informe ocasional de un caso puede encender las alarmas, pero, en general, no parecen estar poniéndose gravemente enfermos por la COVID-19. Las nuevas madres y padres tienen un riesgo ligeramente mayor de complicaciones que sus hijos, pero a menos que tengan enfermedades crónicas, se esperaría que pocos sean gravemente afectados.

La COVID-19 es más problemática en la gente mayor (como los abuelos): ellos son quienes tienen más posibilidades de enfermarse gravemente o morir cuando se infectan. Más del 40 por ciento de las personas que han muerto por el coronavirus vivía en asilos de ancianos. Incluso fuera de ese entorno, se piensa que la tasa de mortalidad por infección (el porcentaje de personas que muere por la infección) entre los adultos mayores es significativamente más alto.

Los nuevos padres deben ser conscientes de que corren un mayor riesgo de infectarse porque pasaron una cantidad significativa de tiempo en el hospital. Debido a ello, la mayoría de expertos con quienes hablé recomiendan que los padres se distancien socialmente con su recién nacido por lo menos durante dos semanas y dijeron que las visitas de cualquier persona no son seguras durante ese tiempo.

Pero un aislamiento cuidadoso (por ejemplo, hacer cuarentena aunque te sientas bien) puede hacer que los riesgos sean mínimos. Después de dos semanas, las personas pueden estar razonablemente seguras de que no están infectadas.

“Yo diría, autoaislamiento para una nueva madre, padre, madre/padre, padre/padre o madre/madre durante dos semanas, y luego están listos. Para estar igualmente seguros, los abuelos también deben aislarse durante dos semanas”, dijo Gregg Gonsalves, profesor de epidemiología y derecho en la Universidad de Yale.

Después de eso, es solo logística.

No queremos que nadie se exponga en el camino para encontrarse con el otro, así que no recomendaría viajar en avión como parte de esta ecuación. En general, aún no estoy cómodo con la idea de viajes aéreos para adultos mayores. Entonces, idealmente, los abuelos deben conducir solos para conocer a sus nietos. Si no pueden, llevarles al bebé (de nuevo, solos) es mejor. Si es un viaje largo, lleven comida y bebida, intenten no detenerse y —si deben hacerlo— continúen practicando buena higiene (lavarse las manos) en el camino.

No planifiquen una fiesta. El grupo debe ser de la menor cantidad de personas posible. Idealmente solo padres, bebé y abuelos; probablemente también pueden participar los hermanos que han estado aislados junto con la familia. Cualquier otra persona que quiera experimentar el momento feliz puede unirse por Zoom o FaceTime.

Todas las otras reglas para conocer a un recién nacido aún se aplican. Todos deben estar saludables, nadie debe tener síntomas de resfriado, tos o gripe de ningún tipo. Todos deben lavarse las manos y ser conscientes de lo que tocan en general, especialmente los rostros. Todos también deben estar al día con sus vacunas, de acuerdo con las pautas actuales. Los pediatras de bebés son una buena fuente para todas estas recomendaciones, ya que son rutinarias incluso cuando no hay una pandemia.

La buena noticia es que incluso es más seguro para los abuelos cargar al recién nacido si todos tienen cuidado. Mantén el contacto lo más mínimo posible —¡queremos proteger a los abuelos!— pero si debe haber una foto o no van a dormir hasta que hayan sostenido a su nieto, probablemente está bien.

Sin embargo, no puedo enfatizar lo suficiente cuán importante es seguir todas estas reglas. Si tu familia no está dispuesta a aislarse estrictamente por al menos dos semanas, no lo haría. Si no estás dispuesto a mantener al grupo pequeño, me preocuparía. Ciertamente, si vives en un área con alta o con creciente prevalencia de la enfermedad, es mejor esperar o tener más cuidado (por ejemplo, no permitir que los abuelos carguen al bebé, permanecer al menos a dos metros de distancia, usar mascarillas o, tal vez, solo reunirse al aire libre).

Algunos pueden pensar que incluso con todas estas precauciones, todavía no es seguro. Si ellos definen “seguro” como absolutamente, totalmente sin riesgo alguno, entonces pueden tener razón. Pero el coronavirus no es mágico. No es taimado ni capaz de sortear medidas de prevención sensatas y cuidadosas.

“Es un riesgo, pero todos vamos a tener que comenzar a tomar estas decisiones difíciles sustentadas en nuestra propia tolerancia al riesgo y circunstancias y prioridades. Parte del papel de la salud pública es darle a las personas la información que necesitan para sopesar esas decisiones cuidadosamente”, dijo Caitlin Rivers, epidemióloga en el Centro Johns Hopkins para la Seguridad en Salud. Si todos los involucrados están comprometidos en aislarse, distanciarse y ser muy cuidadosos, el riesgo es mínimo.

A medida que los miedos de un brote fuera de control se desvanecen, y a medida que comenzamos a relajar las restricciones, ser cuidadosos y seguir las reglas puede hacer que sea lo suficientemente seguro como para que los abuelos comiencen a planificar conocer a sus nietos recién nacidos.

Natalie Dean, profesora asistente de bioestadística de la Universidad de Florida, dijo: “Creo que si las personas son muy cuidadosas durante dos semanas y no tienen síntomas ni se han expuesto, entonces los parientes cercanos pueden visitar y sostener al bebé. Mi suegra vino hace dos semanas, después de una cuarentena de preparación. Al final, debe haber un equilibrio”.

Las pruebas rápidas y confiables harían todo esto más fácil, pero mientras tanto, una planificación cuidadosa y bien pensada puede aún juntar a los viejos y a los muy jóvenes.

Fecha de publicaciónjunio 22, 2020

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