Icono del sitio El portal de los profesionales de seguridad y emergencias

El conflicto independentista en Cataluña

Índice

  1. El pluralismo territorial de España y el Estado de las Autonomías
  2. Cataluña: su relevancia, diversidad interna y amplio autogobierno
  3. Factores explicativos y desarrollo del proceso soberanista (2012-2017)
  4. La evolución política posterior (2018- )
  5. El conflicto en perspectiva comparativa: Brexit, Escocia y otros independentismos
  6. Los intentos de “internacionalizar el conflicto”
  7. Lecciones aprendidas y perspectivas de solución
  1. El pluralismo territorial de España y el Estado de las Autonomías

    • La complejidad territorial e identitaria centro-periferia constituye un rasgo distintivo del sistema político español. Es una peculiaridad compartida con otras democracias plurales, como Bélgica, Canadá o Reino Unido (y, con menor intensidad, Italia o Suiza).

    • Esto no impide que España sea uno de los muy pocos casos en Europa donde se ha preservado con éxito la integridad nacional. En notable contraste con el resto del continente, las fronteras son prácticamente las mismas desde hace cinco siglos y en los dos últimos no ha habido ni un solo cambio territorial (posesiones coloniales aparte).

• Las razones que explican esta paradójica combinación entre mantenimiento de la integridad y tensiones de poder e identidad entre centro y periferia tienen que ver con el desarrollo de la historia: instituciones, intereses e ideas políticas dominantes.

• Fuera del mundo Occidental es frecuente encontrar países con alto pluralismo etnoterritorial, pero en Europa triunfó el paradigma del Estado-nación. Allí donde existían identidades periféricas alternativas (y no meras minorías), se ha tendido a preferir bien la homogenización al estilo francés, bien la desvinculación de la dependencia del Estado existente y la creación de uno nuevo. La generación de identidades mixtas y la descentralización del poder ha sido, por tanto, una rareza.

• En cambio, ese pequeño grupo de Estados europeos que hoy no son homogéneos se caracterizan por una historia peculiar (y diferente en cada una de ellos) que les ha llevado a ser hoy muy diversos y a experimentar la complejidad que eso significa. En el caso de España, varios son los rasgos que pueden mencionarse:

  1. El origen de su construcción, hace siglos, se basó sólo parcialmente sobre la identidad y, además, tenía más contenido religioso que protonacional.
  2. Haber tenido una exitosa proyección imperial, primero, y un relativo aislamiento, más tarde, de los conflictos contemporáneos que moldearon el continente.
  3. Experimentar una construcción temprana y efectiva de su Estado (siglos XV-XVIII), pero una construcción nacional moderna mucho más tardía y turbulenta (siglos XIX-XX). Ambos procesos se hicieron bajo el liderazgo de Castilla, que tenía la posición central y la lengua mayoritaria.
  4. No obstante, el centro nunca tuvo suficiente fuerza para aplicar un proceso de homogeneización. A lo largo de ese tiempo se enfrentó a la competición de identidades alternativas en territorios periféricos. Los más relevantes serían los casos catalán y vasco, ubicados cerca de los ejes de desarrollo europeo.

    • Es también interesante señalar que, al igual que el mapa de España ha sobrevivido sin cambios durante siglos, también se mantienen las fronteras de ciertos territorios españoles con fuerte personalidad propia (en el caso de Cataluña, invariables desde mitad del siglo XVII). Eso supone un significativo contraste con Francia, Alemania e Italia, donde la planta regional ha variado con relativa frecuencia.
Lea aquí el documento completo