Cómo ganar confianza en una misma. Los consejos de una guardia civil experta en la materia.
¿Se puede aprender a tener confianza en una misma? Sí, aunque no sea coser y cantar, explica la guardia civil Marta Fresnedoso, que acaba de publicar un libro sobre su propio proceso. Le pedimos las claves para lograrlo.
Es una de las posesiones más envidiadas por quienes carecen de ella. Tener una gran confianza en uno mismo, ese ingrediente esencial en cualquier salsa del éxito. Confianza para defender tus ideas contra viento y marea, para hablar en público con soltura, para llevar cualquier objetivo que te propongas a buen fin, para que los demás te consideren una persona confiable (por ejemplo, en una entrevista de selección).
El caso es que hay personas que parecen haber nacido con ella puesta (con la confianza, me refiero) y otras a quienes les cuesta un mundo creer en ellas mismas y en sus propias capacidades. Lo sabe muy bien Marta Fresnedoso, una mujer que cambió su carrera de ejecutiva exitosa en el área financiera de multinacionales por otra en la Guardia Civil -donde es sargento-, antes de caer en una grave depresión y salir airosa de ella a fuerza de bucear hasta lo más profundo para encontrarse a sí misma, relata. Lo cuenta en ‘El secreto del fénix’ (ed. Amat), un libro donde comparte su experiencia vital y anima a los lectores a salir airosos de los trances de la vida con las mismas herramientas utilizadas por ella.
La confianza en una misma, explica Marta Fresnedoso a Yo Dona, «es un pilar fundamental para empezar a construir una vida satisfactoria -lo que quiera que esto signifique para cada uno-, en el sentido de tomar decisiones valientes y alineadas con quien eres realmente, más allá de lo que los demás esperan de ti o de quien desearías ser tú». Veamos ahora cómo lograrla.
PRIMER PASO: DESCUBRIR TU VALOR ESENCIAL
¿Cómo consiguió la propia Marta Fresnedoso desarrollar su autoconfianza? «Aunque parezca una total contradicción, lo que a mí me permitió ganar una sólida confianza en mí misma fue precisamente quedarme sin todos los atributos que pensaba que me hacían valiosa cuando sufrí una depresión mayor. Al verme despojada de todo, hasta de las ganas de vivir, cuando toqué fondo, pude ordenar mis prioridades con total claridad, y entonces me di cuenta de mi valor esencial, aquel que poseo desde que nací, el que me viene de serie, al igual que lo poseemos todos».
Antes de este dramático episodio en su vida, explica la autora, «pensaba erróneamente que los demás me valoraban por ser inteligente, guapa o exitosa, pero realmente descubrí que mi valor esencial no se sostiene en ninguno de estos atributos, sino en lo que me convierte en un buen ser humano: mi capacidad de amar y de ayudar a los demás, en definitiva, mi capacidad de contribuir al mundo«. Y aclara: «Uno de los objetivos que he pretendido con ‘El secreto del fénix’ es evitar que las personas lleguen a tocar fondo, como a mí me ocurrió, para darse cuenta de su valor esencial, para empezar a aceptarse, valorarse y a tomar decisiones valientes y coherentes».
Para Fresnedoso (antes de su epifanía), desconocer su valor esencial la hacía sentir insegura «porque cualquiera de las cualidades que he mencionado en primer lugar -inteligencia, belleza, éxito…- podemos perderlas de un plumazo. Siempre aparecerá alguien más guapo o más listo que tú. Sin embargo, los valores, la bondad o la generosidad no dependen de las circunstancias ni de la opinión de los demás».
SEGUNDO PASO: TENERTE EN CUENTA
-¿Ganar confianza en una misma pasa por, en primer lugar, ponerse por encima de los demás en nuestros propios intereses?
«Más que ponerse ‘por encima’, prefiero decir ‘tenerte en cuenta’. A mí, el exceso de empatía siempre me jugó muy malas pasadas y tomé muy malas decisiones pensando más en los demás que en mí misma. Al final todos salimos perdiendo cuando actuamos así».
En el momento en que dejamos de tenernos en cuenta, explica la guardia civil y experta en desarrollo personal, empiezan los problemas, porque entramos en un círculo vicioso que va minando cada vez más la seguridad y autoestima. «Por eso, de lo que se trata es de encontrar un buen equilibrio entre aportar, contribuir y tener en cuenta tus intereses y necesidades. Porque si no te tienes en cuenta, ¿en qué condiciones vas a poder ofrecerte a los demás? Ha llegado un punto de mi vida en el que me importa la opinión de los demás, pero no tanto como la mía».
TERCER PASO: APRENDER A DECIR ‘NO’
Para lograr todo lo anterior, afirma la experta, es muy importante trabajar la comunicación, la asertividad, «saber decir ‘no’ a personas o situaciones y también aprender a poner límites«. Evidentemente, estas habilidades, si careces de ellas, no se aprenden de un día para otro. ¿Qué hacer entonces si nos encontramos ante una situación de peso como puede ser, por ejemplo, la negociación de un divorcio? En ese caso, recomienda Fresnedoso, «debemos contar con la colaboración de profesionales que velen por nuestros intereses cuando no podemos hacerlo por nosotras mismas: abogados y psicólogos, por ejemplo».
CUARTO PASO: DETECTAR Y NEUTRALIZAR LOS ESPEJISMOS
Un capítulo al que Marta Fresnedoso da mucha importancia es al impacto que tienen sobre nosotros y nuestra confianza los ‘espejos’ donde nos miramos. Por eso recomienda tener mucho cuidado con los inputs: «Si continuamente estoy expuesta a perfiles de Instagram ‘perfectos’, revistas de belleza, películas, programas o series que proyectan vidas y cuerpos diez, lo más sencillo es que me sienta frustrada con mi realidad. Por eso, de la misma forma que cuido mi alimentación, debo cuidar la información que entra en mi mente». No significa eliminar todos estos inputs si los disfrutas, añade, sino «desarrollar la visión adecuada hacia los mismos». Al final, de lo que se trata es de no compararse con los demás. Porque compararse es la madre de muchos males -«tener modelos de referencia está muy bien, siempre que te inspiren y te impulsen a dar lo mejor de ti misma, el problema surge cuando las comparaciones te hacen sentir mal, que es lo que casi siempre suele ocurrir»-.
QUINTO PASO: CUIDAR LAS RELACIONES
En línea con lo anterior, la experta recomienda cuidar nuestras relaciones personales: «Dicen que somos el resultado de las cinco personas con las que más nos relacionamos. Si estoy rodeada de nubarrones, personas negativas y que no confían en mí, me sentiré peor, así de sencillo».
Y POR ÚLTIMO… NO PASARSE DE FRENADA
Tener confianza en uno mismo es algo a lo que todos deberíamos aspirar pero… ¿también es malo el exceso? Porque todos conocemos algún caso de persona con enorme confianza en sí misma que se ha pegado un batacazo por no escuchar a los demás… «Tan mala es la carencia como el exceso», explica Fresnedoso; «un ‘aparente’ exceso de autoestima puede estar escondiendo deficiencias, miedos e inseguridades, con lo cual no es autoestima realmente, es el ego disfrazado, y esto puede llegar a ser peligroso. Lo saludable es ser también conscientes de nuestras limitaciones, porque todos las tenemos». En definitiva, añade la experta: llegar a construir una autoestima, una confianza en una misma equilibrada «es una de las mejores inversiones que podemos hacer en nuestra vida. Sin duda hay un antes y un después tras esta conquista». Pues nada, manos a la obra.