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Resumen:
El terrorismo se ha convertido en la principal amenaza para el mundo. La proliferación de grupos terroristas y el fácil acceso que tienen a diferentes medios de destrucción han aumentado considerablemente su peligrosidad. Por otro lado, las nuevas tecnologías constituyen excelentes medios de publicidad y captación de simpatizantes a la vez que dificultan la lucha antiterrorista.
Además de los grupos terroristas que actuaban en zonas localizadas, ha surgido un nuevo tipo de terrorismo de alcance más global, el yihadista. La mayoría de grupos yihadistas hizo su aparición en Oriente Próximo, pero fueron combatidos y obligados a buscar zonas más seguras para establecer sus bases desde dónde planear y coordinar sus ataques. El Sahel africano, área de gran inestabilidad, ha sido el destino elegido por algunos de ellos. La situación en esa zona amenaza la seguridad de toda África y, por su proximidad, la de Europa que es un objetivo prioritario para los grupos yihadistas.
Palabras clave:
Yihadismo, Sahel africano, Oriente Próximo, lucha antiterrorista.
El terrorismo
Los riesgos a los que se enfrentan las sociedades modernas son muchos y variados, pero, aunque algunos de ellos sean de naturaleza desconocida, para la mayoría existen medios de lucha o se tiene la certeza de que tarde o temprano se encontrará el arma adecuada para combatirlos. Sin embargo, el terrorismo se ha convertido en la peor de las amenazas por la sensación de inseguridad que produce en los ciudadanos el hecho de que cualquier persona pueda causar una masacre en el momento o lugar más insospechado.
La ONU define el terrorismo como «cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o a un no combatiente cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar una acción o abstenerse de hacerla». La Resolución 1566 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) especifica que estos actos criminales no admiten justificación e insta a prevenirlos y sancionarlos con penas adecuadas a su naturaleza.
En el ámbito de las Naciones Unidas, se ha debatido en múltiples ocasiones el uso del término, pero no se ha llegado a un acuerdo por no incluir como terroristas determinadas actuaciones realizadas por algunos estados.