sábado, 30 septiembre 2023
Visitas totales a la web: 88993288

El portal de los profesionales de seguridad y emergencias

Nº 1 del mundo en español en seguridad global

Soluciones de seguridad global

Esos molestos viejos vulnerables

Sergio Ramírez. Escritor y Premio Cervantes

La pandemia hace que se establezcan nuevos parámetros para medir a los ancianos, que se convierten, de pronto, en una piedra en el zapato, porque son el segmento social más vulnerable al contagio

El personaje del cuento Una historia aburrida de Antón Chéjov, ostenta el alto rango de consejero privado en la nomenclatura imperial, y ha sido honrado con todas las condecoraciones deseables. Se trata de un anciano que nos relata sus memorias. Un anciano de 60 años de edad.

Todavía a inicios del siglo pasado, el que llegaba a los 40 años se dejaba crecer la barba, se buscaba un bastón, y olvidaba impulsos y ardores juveniles. Ya no se diga una mujer que a los treinta no se hubiera casado, era declarada oficialmente solterona y tenía que resignarse a que su vida sería la de vestir santos.

Una de las grandes proclamas humanitarias de la civilización moderna, basada en los formidables avances de la ciencia, ha sido la conquista de índices cada vez más altos de longevidad, sobre todo en los países del primer mundo. En Estados Unidos la esperanza de vida en 1900 era de 47 años, cuando hoy es de ochenta; y España, en el mismo periodo, pasó de 32 a 83 años. En medio siglo, aún América Latina ha ganado 25 años en expectativa promedio de vida, para situarse en 75 años.

El concepto de vejez temprana, entendida como senilidad, duró por muy largo tiempo en la historia de la humanidad, salvo si aceptamos como válidas las copiosas edades que se mencionan en el Antiguo Testamento, que deberíamos atribuir mejor a un error en las cuentas de los escribas.

A la misma edad del ilustre viejo de Chéjov, que a los sesenta siente que ha llegado el fin de su vida, fue que Cicerón escribió, veinte siglos atrás, su canto de cisne en De senectute. A ese anciano que mira reflexivo hacia el pasado como una forma de prepararse ante la inminencia de la muerte, desahuciado por sí mismo, se le encuentra hoy en el gimnasio.

Atlético, bien bronceado, puede servir como modelo de ropa deportiva, con un palo de golf en la mano. La gloria de la tercera edad empieza a parecer tan inmarcesible, que hay quienes piensan necesario inventar una cuarta. Y también las parejas felices de ochenta están en la publicidad, anunciando seguros de salud, vitaminas milagrosas y cremas rejuvenecedoras, ya no se diga el Viagra, porque el sexo entra también en el catálogo de derechos restituido

Es que la longevidad es también toda una industria de miles de millones de dólares. Norberto Bobbio, el gran pensador italiano, quien osó acercarse a la centena con plena lucidez creativa, y escribió también su propio De senectute, habla precisamente de esa inserción de los viejos en el mercado, porque son una clientela, y son cortejados como portadores de nuevas demandas de mercancías.

Los viejos tienen sueños, esperanzas, necesidades espirituales, y también materiales, y hay que satisfacerlas. Ese ha sido un notable reconocimiento que se han ganado viviendo más; son un segmento no despreciable del consumo.

Pero la pandemia del coronavirus, que saca filo al sentido de supervivencia, hace que se establezcan nuevos parámetros para medir a los viejos, que se convierten, de pronto, en una piedra en el zapato, porque son el segmento social más vulnerable al contagio. Es el grupo de riesgo por excelencia, y de allí se tiende a extraer las más variadas y coloridas conclusiones.

La que más me cautiva es la que establece que hay una urgente necesidad de escoger entre la economía y los viejos. O sacrificamos la economía, o sacrificamos a los viejos, esa es la propuesta. El vicegobernador republicano del Estado de Texas, Dan Patrick, lo dice sin andarse por las ramas: “Mi mensaje es este: volvamos al trabajo, volvamos a la vida, seamos inteligentes, y aquellos de nosotros que tenemos más de 70 años, ya nos cuidaremos de nosotros. No sacrifiquemos el país». Al menos, por lo que puede verse, Míster Patrick ofrece voluntario su pescuezo.

Este reclamo de que los viejos se sacrifiquen para salvar el todo a costas de una parte, responde a una premisa general, tal como la enuncia Lloyd Blankfein, antiguo presidente de Goldman Sachs: «Las medidas extremas para rebajar la curva del virus son adecuadas durante un tiempo para reducir la carga sobre la infraestructura sanitaria. Pero destruir la economía, los empleos y la moral es también un asunto sanitario y afecta a muchas más cosas».

Viene en respaldo suyo Dick Kovacevich, expresidente del Wells Fargo, quien propone que todos dejen el encierro de la cuarentena, y salgan a producir y a consumir: «Algunos enfermarán, algunos incluso puede que mueran, no lo sé… ¿Quieres sufrir las consecuencias económicas o el riesgo de tener síntomas parecidos a los de la gripe o una experiencia como la de gripe? Tienes que elegir».

Algunos morirán. Los viejos, ya sus cartas están marcadas. A los jóvenes no les pasará nada, les dará un simple resfrío. Y si toda la población se contamina, mejor, pues todo el mundo quedará inmunizado.

Salvo los viejos. A esos, ya les tocaba de todos modos, es la ley de la selección natural; sólo los más fuertes sobreviven. De allí que los apóstoles defensores de la religión de la economía, no tardarán en enlistar también a otros seres humanos desechables, de los que se puede prescindir en aras del bien común. Los que no puedan curarse por su cuenta, por ejemplo.

Y eso me trae a la mente también esas armas de destrucción masiva, tan inteligentes como para matar gente, pero que preservan, intacta, la economía; es decir, la infraestructura productiva y los templos del consumo. Para que nos demos cuenta que la economía, deidad abstracta hecha de cifras y curvas estadísticas, es una cosa, y la gente otra.

¿Y la longevidad que el mercado nos enseñaba en colores resplandecientes y felices? ¿Y las nuevas impresionantes cotas de esperanza de vida? Hay que olvidarse de esa conquista de la ciencia, y entregarnos todos, cuanto antes, a la normalidad de la muerte.

Mientras tanto, los viejos a escondernos.

Fecha de publicaciónabril 01, 2020

BELT.ES no se hace responsable de las opiniones de los artículos reproducidos en nuestra Revista de Prensa, ni hace necesariamente suyas las opiniones y criterios expresados. La difusión de la información reproducida se realiza sin fines comerciales. 

Listado de Expertos

Recomendado

Profesión militar: Obediencia debida frente a la obligación de disentir

Con ocasión de la realización de estudios en el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado tuve la ocasión de leer y analizar una serie de documentos de opinión que trataban en profundidad las diferentes facetas presentes en el campo de las relaciones cívico-militares; temas que , habitualmente, no han estado presentes en los diferentes cursos y actividades formativas en la enseñanza militar, ni, por supuesto, en la civil.

El amor de Macarena Olona por la Guardia Civil empieza por su pareja, un joven oficial condecorado

El padre de su hijo llegó a la Benemérita como militar de carrera y, los que le...

La artillería ‘made in USA’ comprada por Marruecos que deja fuera de juego a España

El país magrebí sigue reforzando sus fuerzas armadas a golpe de talonario, y no lo hace de...

Últimas noticias

Vae Victis!

Así se forjó el mundo a través de estas veinte batallas y derrotas

BOMBEROS FORESTALES SIN MEDIOS ANTE LA CAMPAÑA DE INCENDIOS: «VAMOS CON MIEDO»

Ya ha pasado un año, pero a los bomberos de Zamora todavía les tiembla la voz cuando recuerdan el verano de 2022. La virulencia de las llamas dejó 267.946,58 hectáreas calcinadas a lo largo del territorio en 12 meses, convirtiendo a 2022 en el año con más superficie afectada por el fuego de los últimos diez años, más del doble de la media anual registrada en España según los datos avanzados por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

CORONACIÓN, «GLOBAL BRITAIN» Y SEGURIDAD (2ª parte)

El doble propósito de esta segunda parte del artículo titulado “Coronación, ‘Global Britain’ y seguridad”, es, por una parte, resaltar el papel fundamental de la seguridad para el normal desarrollo de todo evento de masas, y por otra parte, tratar de describir la planificación, aplicación y evaluación del dispositivo de seguridad realizado para la coronación del rey Carlos III del Reino Unido.

Grandes talentos españoles en el nuevo vídeo de seguridad a bordo de Iberia

Un tripulante de cabina de pasajeros (TCP) situado en un extremo del pasillo del avión, hace una demostración a los pasajeros de distintos elementos de seguridad a bordo mientras por la megafonía se escucha una locución que acompaña sus gestos con instrucciones en dos idiomas. Este pequeño ritual previo al despegue se repite miles de veces cada día en todo el mundo, forma parte ya del imaginario colectivo y es consustancial al hecho de viajar en avión. Ahora, ha sido recreado en clave promocional por un video que acaba de ser presentado en sociedad por Iberia y Turespaña como parte de una campaña impulsada por ambas instituciones para promocionar distintos destinos de nuestro país.

Executive Protection in the Age of Technology: Addressing the Risks

Executive protection (EP), in its original form, is purely physical. Over the years, however, it has evolved dramatically. Today’s understanding that prevention is the primary key has forever changed the traditional approach. As technology advances, the line between physical security and cybersecurity is becoming more blurred, exposing executives to numerous cyber threats that can result in physical vulnerabilities. And the risk of cyber threats can range from hacking of personal devices to surveillance via bugs in homes, vehicles, and offices.