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Estás viendo contenido apocalíptico de nuevo. Te decimos cómo dejar de hacerlo

Brian X. Chen. Columnista de tecnología.

En una pandemia que nos obliga a quedarnos en casa, consumir de manera continua noticias catastrofistas parece inevitable. Unos expertos en salud ofrecen ayuda para romper la adicción.

La alarma de tu celular suena a las seis de la mañana. Abres algunos sitios de noticias y Facebook. Ves una mala noticia tras otra. Los casos de coronavirus aumentan, al igual que las muertes. Los niños no pueden regresar a la escuela. Tu restaurante y tu peluquería favoritos siguen cerrados. La gente está perdiendo su empleo.

Todo es horrible. El mundo como lo recordamos ya no existe. De pronto ya son las nueve de la mañana. No has salido de tu hoyo de desolación ni siquiera para bañarte. Repites ese ejercicio de masoquismo durante el almuerzo y una vez más mientras te preparas para dormir.

La experiencia de hundirse en las arenas movedizas de las emociones mientras consumes sin parar noticias apocalípticas es tan común que ahora hay una palabra en inglés para decirlo: “doomscrolling” (viene de la palabra “doom”, que significa “perdición”, y “scroll”, que es el desplazamiento en vertical que se hace en las pantallas). Las órdenes de confinamiento, que han agravado este comportamiento, nos dejan pocas alternativas más para pasar el tiempo que fijar la mirada en nuestras pantallas; según algunos cálculos, nuestro tiempo frente a las pantallas ha aumentado al menos un 50 por ciento.

No somos los únicos, pues muchos pasan por lo mismo. Sin embargo, ver las redes hasta la perdición, combinado con la adicción a las pantallas, podría afectar de manera importante nuestro bienestar mental y físico, de acuerdo con expertos en materia de salud. Esta actividad puede hacer que nos sintamos enojados, ansiosos, deprimidos, poco productivos y menos conectados con nuestros seres queridos y con nosotros mismos.

“Es el camino de menos resistencia para seguir consumiendo de manera pasiva a través de las redes sociales”, dijo Vivek Murthy, un exdirector general de Sanidad de Estados Unidos que ha escrito de manera exhaustiva acerca del impacto de la soledad en la salud personal. “Debes salir de ese ciclo. No solo se trata de desconectarte, sino también de lidiar con el impacto que eso tiene en tu mente, el cual a menudo puede durar horas”.

No temas: aún no estamos condenados y hay enfoques para modificar nuestro comportamiento. Podemos establecer una estructura en nuestra vida, para empezar, y continuar con la práctica de técnicas de meditación Esto es lo que dicen los expertos en salud y bienestar.

Por naturaleza, las personas consumen información, y las noticias son como dulces digitales que se sirven las 24 horas del día. Para resistirse a este consumo continuo de información, podemos crear un plan para controlar la cantidad de contenido que consumimos, de la misma manera en que las personas pueden crear un régimen para perder peso, dijo Adam Gazzaley, neurocientífico y coautor del libro The Distracted Mind: Ancient Brains in a High-Tech World.

El primer paso es reconocer la carga que deslizar el dedo para ver más noticias implica en nuestra salud, dijo Gazzaley. “Debes darte cuenta de que no quieres vivir tu vida en un ciclo infinito de consumo de noticias”, agregó. “Eso dejará de ser útil y te afectará, y ser una persona informada será una ganancia decreciente”.

El segundo paso es crear un plan realista al que puedas apegarte y repetirlo hasta que se convierta en una costumbre.

Crear un calendario es un enfoque efectivo. Comienza por apartar tiempo en tu calendario para todo tipo de cosas, desde actividades mundanas, como dar un paseo en el exterior, hasta asuntos de negocios, como las reuniones por videoconferencia.

Aparta ciertos momentos del día para leer noticias, si debes hacerlo. Si te resulta útil, programa una alarma que suene tras diez minutos para que dejes de ver contenido. Otro truco es ponerte una liga en la mano mientras lees las noticias y, cuando creas que estás siendo víctima de un círculo vicioso, date un ligazo en la muñeca, dijo Murthy.

También es importante reconsiderar las pausas. Antes de la pandemia, solíamos visitar Facebook durante una de nuestras pausas típicas para el almuerzo. Sin ningún lugar al cual ir para almorzar debido a las órdenes de confinamiento, explorar internet se ha convertido en la pausa de trabajo por defecto, una trampa evidente que podría llevar a estar viendo noticias hasta la perdición.

En vez de quedarte pegado a una pantalla, da un paseo por la cuadra, sube a la bicicleta fija o prepara tu bocadillo favorito. Y, sí, aparta tiempo en el calendario incluso para tus pausas, dijo Gazzaley.

Los ejercicios de conciencia pueden ayudarnos a romper el ciclo de consumo continuo de información o evitar que lleguemos a un lugar más oscuro.

Sharon Salzberg, profesora de meditación y autora del libro Real Change: Mindfulness to Heal Ourselves and the World, recomendó este ejercicio para sentirse una conexión con los demás en una época en que no podemos ver a muchas personas:

  • Inhala y exhala algunas veces, y piensa en las personas que te han ayudado en el pasado. Podrían ser tus amigos, colegas e incluso los empleados del restaurante que empacan tu comida para llevar.
  • Mientras imaginas a esas personas, mándales deseos positivos. Por ejemplo: “Que seas feliz. Que tengas paz. Que estés seguro. Que tengas salud”.

“De esa manera, regalas buenas vibras”, dijo Salzberg. “Es una manera distinta de relacionarse y no sentirse aislado”.

El libro de Murthy, Together: The Healing Power of Human Connection in a Sometimes, enfatiza la importancia de pasar 15 minutos al día en contacto con las personas que más te importan. Eso puede ayudarnos a sentirnos menos solos y resistirnos a ver las redes hasta la perdición.

Pero, ¿cómo podemos conectarnos con las personas cuando no podemos verlas fácilmente? Al inicio de la pandemia, muchos de nosotros recurrimos a las aplicaciones de videoconferencia para conectarnos virtualmente con amigos, colegas y seres queridos. Ahora, más de cuatro meses tras el inicio de la pandemia, muchos experimentan “fatiga de Zoom”.

Murthy dijo que él también se estaba cansado del dolor de cuello causado por las videollamadas constantes y había comenzado a tomar muchas llamadas personales y de trabajo en el celular al dar un paseo, lo cual le da energía y lo ayuda a mantenerse concentrado.

Murthy también recomendó que las personas traten de formar un moai, que en japonés significa grupo de apoyo social. Podría ser un pequeño grupo de amigos que se reúnan de manera constante —por teléfono, por videollamada o en persona a una distancia segura— y acepten cuidarse. Él y dos amigos formaron un moai, y, una vez al mes, pasan dos horas poniéndose al corriente mientras conversan de manera sincera acerca de asuntos personales relacionados con la salud, las parejas y las finanzas.

Puede ser difícil modificar tu comportamiento de manera independiente. Podrías decirle a tu moai que quieres dejar de estar leyendo las redes incansablemente, y ellos podrían ayudarte a cumplir. Murthy dijo que la conversación con sus amigos en el formato moai estaba cerca y que planeaba hablar de tener una relación más sana con las redes sociales, porque en ocasiones él también cae en el círculo vicioso.

“La idea de apartar tiempo para las personas que te importan, ya sean quince minutos o más, es muy importante en un mundo donde han desaparecido los límites entre el día y la noche, entre la semana y el fin de semana”, dijo.

Fecha de publicación julio 24, 2020

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