Javier Quiroga y José Luis Gilarranz pusieron en marcha el Samur en los años noventa. Ahora el servicio celebra su 30 aniversario. Todo empezó «como un folio en blanco»
Afinales de los 80, Javier Quiroga trabajaba como enfermero en la casa de socorro del distrito centro. Estos eran los antiguos puntos de atención de urgencias de la ciudad de Madrid. Su vocación por la sanidad y el bienestar público venía de largo. Llevaba siendo voluntario de Cruz Roja desde los 16 años y entonces, con 33, dedicaba sus días a la atención ciudadana.
Fue en el verano del 90 cuando, según dice, “el Ayuntamiento de José María Álvarez del Manzano decidió ponerle ruedas a las casas de socorro”. El germen del Samur comenzaba a gestarse y, después de enterarse de la iniciativa, consiguió reunirse con el que iba a ser el encargado de encaminar el proyecto sanitario, el doctor José Luis Gilarranz. Este tenía 36 años y fue director del servicio urgenciólogo madrileño hasta 2003.
Juntos pusieron en marcha el Samur desde cero “como un folio en blanco”. Quiroga habla de “enamoramiento”, de “flechazo” y de que “eran como hermanos”. Durante años, estuvieron a pie de calle y organizando la logística. Había pocos medios pero eran necesarios. “El inspector jefe de la policía local de entonces, Pedro Cabrero, nos pedía por favor que saliéramos a la calle aunque fuera con una carretilla porque hacíamos mucha falta”. Y la rueda fue girando. Finalmente, en el 92 el servicio terminó de formalizarse y se consagró como imprescindible.
Ahora, 30 años más tarde, el enfermero celebra el aniversario del proyecto más importante de su carrera. Hoy suman más de 900 profesionales sanitarios, 1.100 voluntarios de Protección Civil, 211 vehículos y una valoración sobresaliente de los madrileños. Quiroga recuerda la figura de su compañero y amigo Gilarranz fallecido en 2009 y dice que los sanitarios están “hechos de otra pasta”.
El servicio de emergencias madrileño abarca una media de 400 intervenciones diarias. “Podemos salvar más de 1.000 vidas al año”, apunta Quiroga. Pero otra de las claves del éxito es la rápida capacidad de reacción. El tiempo medio desde el recibo del aviso hasta la llegada a la emergencia es de 7 minutos y 47 segundos.
Celebración del aniversario
El Samur celebró este martes su cumpleaños en la sede del Ayuntamiento. Al 30 aniversario del proyecto acudieron los Reyes, el alcalde, José Luis Martínez Almeida, y vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, la delegada del Gobierno, Mercedes González, y los exalcaldes Gallardón, Botella y Álvarez del Manzano.
El Rey reconoció al Samur como un servicio “esencial” de la ciudad de Madrid capaz de garantizar “que todos los ciudadanos sean excepcionalmente atendidos”. Almeida, por su parte, destacó “la humanidad de los profesionales que han formado parte de este servicio”.
En el acto también han recordado los momentos más duros para la capital de los últimos 30 años como los ataques terroristas de ETA, el 11M o el Mundial de Fútbol de 2010. «Días después de los atentados del 11M, nos aplaudía la gente por la calle», continúa el enfermero. Quiroga tampoco faltó a la cita conmemorativa. A sus 63 años mantiene la ilusión por el servicio y, una vez al mes, sale a la calle como responsable de guardia. “Espero con 93 años celebrar el 60 aniversario del servicio”.