El Colegio de Artillería del Alcázar fue designado como tal centro formativo el 29 de enero de 1762. Desde esa fecha siempre contó con alumnado, si bien las condiciones habitacionales del Castillo no eran las más idóneas. El lugar, su historia altamente conocida, pasó por avatares constantes. El más destacado, la llegada de los invasores franceses con salida ‘precipitada’ de los alumnos. El número era de 150. A final del siglo XIX (mayo de 1899), las solicitudes presentadas para ingreso eran ¡576! Los exámenes se realizaban a razón de 12 solicitantes/día en el recinto del Convento de San Francisco, su nueva sede tras el incendio del Alcázar de 1862. Escrito sea esto a grandes rasgos.
Sobre la presencia de alumnos, familias y academias privadas preparatorias en la ciudad mucho más se podría escribir. La vida cotidiana cambiaba con tan activa presencia.
Siguiendo el argumento inicial encontré un ‘texto legal’ que me llamó la atención. Era una convocatoria de admisión en escuela militar tan exigente como estricta. Pese a conocer que la disciplina en el ejército es todo un código de honor y los que en el sirven lo tienen por bandera, la norma me sorprendió.
El texto a que hice referencia tiene fecha de 25 de abril de 1843. Se trata de una Real Orden con el siguiente enunciado: ‘Para admisión en Segovia de cadetes supernumerarios externos del Cuerpo de Artillería, se observarán las reglas siguientes…:
1ª.- Se admitirán los cadetes que sean aprobados de 1º, 2º, 3º o 4º año, y cuya edad no baje de 16 ni exceda de 25 años.
2ª.- Los padres o tutores de los jóvenes dirigirán sus solicitudes al director general de Artillería, para que extienda el pase a Segovia, donde deben examinarse.
3ª- ‘A su llegada a Segovia, que deberá ser antes el 1º de octubre (fecha de los exámenes) se presentarán al capitán primero director de estudios, a quien deberán entregar su fe de bautismo, la de sus padres y abuelos, por ambas líneas, con las tres de casamiento de estos últimos, legalizado por tres escribanos…
… Una información judicial hecha en el pueblo de la naturaleza del pretendiente, o en el de sus padres, con cinco testigos de excepción y citación del procurador Síndico, en la cual conste la buena conducta del pretendiente, y que este y su padre se hallan en posesión de los derechos de Ciudadano Español, cuál es la profesión, ejercicio o modo de vivir de su padre y estar considerada toda la familia del pretendiente, por ambas líneas, como honrada sin que sobre ella haya recaído nunca nota que infame o envilezca sus individuos, según las leyes vigentes…
… Obligación del padre o tutor por la cual se comprometa a asistir con 10 reales de vellón diarios al interesado para su decorosa manutención, hipotecando fincas, sueldos o rentas que garanticen el cumplimiento, y depositando en la Caja del Colegio una cantidad igual a la que pagan en un semestre los supernumerarios internos, la cual servirá de fianza por si se retrasasen los pagos, hubiere alguna enfermedad grave o ocurriese algún incidente extraordinario; quedando en ese caso el padre o tutor obligado a reponer lo que del fondo se hubiera sacado, y devolviéndoselo cuando el interesado ascienda a oficial o sea separado del cuerpo…
…Examinados estos documentos por la Junta Gubernativa del Colegio, el capitán dispondrá que por el facultativo del establecimiento se reconozca al pretendiente y se libre una certificación que acredite si tiene la necesaria robustez y aptitud física para servir en la carrera militar.
… De no cumplirse estos requisitos no se le inscribirá en la lista de los que han de ser examinados’.
Y los cadetes internos, que tuvieron como residencia el Alcázar, pasaban un frío de tres pares, deseando salir a la plazuela para entrar en calor. Tengo la impresión de que, ‘in illo témpore’, la carrera militar era un ‘pelín’ más dura que la de ahora.
¡Artilleros, artilleros/marchemos siempre unidos/ siempre unidos /de la Patria/de la Patria… Su nombre engrandecer! (Himno de Artillería) (1)
Desde mi respeto absoluto al Cuerpo de Artillería… Por más que quien escribe haya servido en Infantería.
(1) Himno creado en 1914 por el entonces alumno de la Academia, Juan Anguita Vega. Se cantó por vez primera el 10 de noviembre del referido año en la Plazuela de la Academia de Artillería de Segovia.