Han incorporado una defensa especial en el frontal de los vehículos para resistir las embestidas de los todoterrenos de gama alta de los narcos.
La comarca del Campo de Gibraltar, en el sureste de la provincia de Cádiz, se ha convertido en una zona muy conflictiva para los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los clanes que se dedican al narcotráfico hace años que campan a sus anchas por la zona y se resisten a aceptar que Policía Nacional y Guardia Civil estén intentado acabar con su millonario negocio. Es por eso que no están dudando en enfrentarse directamente con los agentes.
En los dos últimos años son bastantes los agentes de estos cuerpos que han resultado heridos por las embestidas que los narcos hacen contra los coches oficiales, aprovechando que el flujo de dinero que ingresan les permite acceder a potentes todoterrenos de gama alta que no tienen problemas en utilizar como arma contra las Fuerzas de Seguridad. Una situación que han denunciado sindicatos y asociaciones profesionales de ambos cuerpos.
Es por ello que la Guardia Civil ha colocado a los nuevos todoterrenos que acaba de adquirir y enviar al Campo de Gibraltar una defensa especial en el frontal del vehículo para dar a estos patrullas un plus de seguridad ante los ataques de los narcos. En total, se han adquirido 73 vehículos, de los que 52 llevan los colores del Instituto Armado y otros 21 llevan el color comercial, los que popularmente se conocen como coches camuflados.
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Esta compra está dentro del presupuesto del denominado Plan Especial del Campo de Gibraltar que ha puesto en marcha la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior para tratar de combatir a los grupos de narcotraficantes del estrecho, que en los últimos años venían actuando con relativa impunidad. El importe de la compra ha sido de 2,9 millones de euros.