Interior cuenta con 375 guardias civiles y 517 policías nacionales en las misiones diplomáticas de España
El 10 de junio de 2021 el buque ‘Ángeles Alvariño’ halló en el fondo del mar el cadáver de Olivia, de 6 años, la mayor de las hermanas desaparecidas en Tenerife 44 días antes. La búsqueda resultó agónica. Esos días a casi 300 millas, un equipo policial portugués estaba preparado para un abordaje: el de un barco alemán, cuya señal se había cruzado con la de la lancha de Tomás Gimeno, el padre asesino. Si entraba en aguas territoriales, se actuaría; mientras se monitorizó por si hacía alguna parada en cualquier puerto. El coronel Andrés Jiménez, consejero de Interior en Portugal, no perdía ojo del trabajo de sus compañeros de Guardia Civil y hablaba a diario con sus colegas lusos. «Cuando encontraron a la niña, se acabó. Se confirmaron todas las sospechas», explica.
Jiménez es uno de los 892 agentes españoles desplegados por el mundo. Algunos les llaman los ‘espías conocidos’. Son policías nacionales (517) y guardias civiles (375) con presencia en cuatro continentes. El coronel representa al Ministerio del Interior en Portugal. Su puesto es el de consejero de Interior, uno de los cinco con que cuenta la Guardia Civil. Los otros cuatro coroneles están en Andorra, Chile, Israel y Turquía, aunque aparte de en esos países están acreditados en Azerbaiyán, Turkmenistán, Tayikistán y Emiratos Árabes Unidos.about:blank
«Somos la representación de Interior en el exterior», resume el comisario Daniel Carril, consejero en Senegal, uno de los 20 que tiene Policía Nacional. Él está acreditado también en Gambia y Sierra Leona y, además, el puesto de Dakar ejerce la jefatura del África subsahariana. «El embajador es como el presidente del Gobierno y los consejeros (de Interior, de Economía, de lo que corresponda) como los ministros en países con un gran despliegue», explica el comisario.
Terrorismo e inmigración
Su puesto y el del coronel Jiménez están regulados por un Real Decreto de 2006 que fija la organización y funciones de las consejerías de Interior en las misiones diplomáticas de España. Entre esas funciones deben asesorar al embajador en temas de seguridad, colaborar con los agentes de otros países, relacionarse con las autoridades de Interior del lugar en el que estén, informar a sus jefes sobre los temas de terrorismo, tráfico de drogas o cualquier otro delito (trata de seres humanos, por ejemplo) y tutelar todo lo que tenga que ver con comisiones rogatorias, órdenes de detención, extradiciones… Su trabajo es de 24 horas porque son los ojos de la seguridad de España fuera de nuestras fronteras. Tienen pasaporte diplomático y no pueden ser operativos: ni investigan ni detienen. Si los portugueses hubieran abordado el barco sospechoso, el coronel Jiménez habría tenido que quedarse en segundo plano.
No van pistola o placa en mano pero sí están al lado de las unidades operativas. Un barco cargado de cocaína se dirige a las costas africanas. Hay información de Inteligencia española o de otro país y puede estar balizado o localizado. Al consejero se le pide que se intente abordar el buque con participación de agentes españoles o no. «Yo no me voy a mojar, no puedo, aunque no dejaré de empujar para que el servicio culmine», cuenta Carril.https://grupovocento.carto.com/u/abctest/builder/f0f717ca-32d4-4b34-8965-245de753eeed/embed
Los puestos de consejeros (coronel en el caso de Guardia Civil, comisarios principales o comisarios, en el de Policía Nacional) son codiciados. Están bien pagados y acarrean prestigio. Los nombra Interior, previa consulta a Exteriores. Son de libre designación y con convocatoria pública. El candidato ha de estar en activo, llevar mínimo cinco años en el Cuerpo, acreditar conocimientos suficientes del idioma o idiomas necesarios y se pueden exigir otros requisitos. Los títulos universitarios y los destinos ligados a cooperación internacional pesan, así como la idoneidad para el puesto. Un camorrista o un bebedor excesivo no es buen candidato.
«Para estos puestos de consejero o agregado es importante un pequeño barniz de relaciones públicas, una imagen de seriedad. No tenemos que hacer de comerciales, pero sí saber estar, hablar, desenvolverte, ser discreto», disecciona el comisario. El coronel Jiménez coincide: «Eres un diplomático y a la vez un gestor técnico. Mi jefe es mi embajador, pero a quien reporto es a Interior. Las relaciones personales y la captación de fuentes son parte fundamental». Carril añade la prudencia como máxima. «Te puede engañar la situación, tu posición, y llevarte a excesos. No debes perder de vista que eres lo que eres porque España te ha dado un estatus diplomático y económico». Jiménez lo sabe mejor que casi nadie, no en vano fue jefe de la SECI (Secretaría de Cooperación Internacional) de la Guadia Civil durante cuatro años y previamente estuvo desplegado en Rumanía y Francia.
Ambos consejeros, una representación de cada Cuerpo, fueron antes agregados de Interior, la segunda figura en importancia en la estructura exterior. La Guardia Civil cuenta con 19 agregados en 18 países, que van desde Alemania a Emiratos Árabes pasando por Marruecos, Pakistán o Venezuela. Además muchos de ellos están acreditados en otros del entorno como Austria, Dinamarca, Afganistán, Kazajistán o Sierra Leona. En total esas ‘antenas’ policiales de verde abarcan 39 estados y al frente hay tenientes coroneles o comandantes. Son el segundo escalón de los consejeros a los que reportan por proximidad, sean guardias civiles o policías nacionales.
Es una peculiaridad de las misiones internacionales. La cerrada colaboración entre los Cuerpos. «Mi relación con la Guardia Civil es excelente. Esa rivalidad que se oye, que existe en España, en el exterior se anula. Nos ayudamos. Estamos en territorio ajeno y a veces en territorio hostil», remarca el comisario Carril.
La Policía Nacional tiene 40 agregados de Interior, todos inspectores jefes, en una lista amplísima que ronda los setenta países porque muchos de ellos están acreditados en más de uno. Varios ejemplos. El agregado de Camerún, tienen acreditación en República Democrática del Congo, República del Congo, República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, Santo Tomé y Príncipe. Cualquiera de las cuestiones de Interior que se produzcan en uno de ellos pasa por sus manos como pasan por las de la inspectora jefa acreditada en Polonia y en otros seis países.
La lista de afganos y el comandante de Islamabad
El 11 de agosto aterrizó en Torrejón un avión procedente de Islamabad (Pakistán) con 294 afganos a bordo. Al contrario de lo que ocurrió el año pasado durante la operación Antígona esta llegada y la del 21 de julio con 63 personas estuvo rodeada de discreción. Fue casi una evacuación en la sombra. Una suma de dificultades donde garantizar la seguridad se convirtió en un reto imposible. Habían cruzado a pie la frontera, escondidos y con penurias de todo tipo; eran colaboradores de España que llevaban un año esperando, con los talibanes pegados a sus vidas. Excolaboradores de Exteriores y Defensa, entre otros, una jueza del Supremo y sus familias. El trabajo discreto y silencioso de muchos fue esencial para la misión. Uno de ellos, nuestro agente en Pakistán, el agregado de Interior: un comandante de la Guardia Civil.
Carril fue agregado en Guinea Bissau. Antes estuvo dos años investigando crímenes de guerra en República Centroafricana en una misión de Naciones Unidas. Era jefe de unidad, el único mando blanco. Lleva doce en África, donde vivió dos golpes de estado, conoció a los pigmeos y evitó que lincharan a un médico español que no pudo salvar a un bebé muy enfermo. Contrajo tres malarias, una cerebral casi mortal, fiebre tifoideas y cólera.
En otros cuerpos
Jiménez fue oficial de enlace en Francia cuatro años, donde vivió atentados terroristas, decenas de operaciones de tráfico de drogas o el accidente aéreo de Germanwing. Cuando sus compañeros iban a viajar hasta allí para la detención del asesino de Eva Blanco, la violación y el crimen de una menor en Algete (Madrid) resuelto al cabo de 18 años, habló con el general de Policía Judicial y con el fiscal. «La Gendarmería va a salir en toda la prensa española», les dijo para abrir el camino a sus colegas. «Con lo que usted hace por nosotros…», le respondió el fiscal. Fue un éxito.
Algo de espías tienen todos estos agentes con currículum envidiable. Pero son además quienes engrasan la maquinaria policial en territorio «ajeno u hostil», más allá de exotismos. La detención de Morate, asesino de dos mujeres, en Rumania; la de los asaltantes de José Luis Moreno; las de decenas de fugitivos, asesinos, pederastas, ladrones, criminales de guerra; las aprehensiones de barcos de droga… La labor silenciosa es su baza.
Ambos Cuerpos tienen también oficiales de enlace (27 la Guardia Civil, 25 la Policía), destacados en otros cuerpos policiales extranjeros (la BKA alemana o la Gendarmería francesa) y agencias (Europol o Interpol, entre otras). El despliegue exterior se completa con agentes que participan en misiones y proyectos internacionales, como puede ser la OTAN, Frontex o la misión en Líbano de Guardia Civil, sin olvidar la protección y seguridad de nuestras embajadas: 111 guardias civiles y 260 policías nacionales. En África la Jefatura Fiscal de la Guardia Civil tiene a 60 funcionarios destacados contra la inmigración irregular. Allí, en el corazón del continente un salesiano le dio al comisario la lección de su vida cuando le dijo: «Sobre las espaldas de estos refugiados estás comiendo tú».