Arbidol, Hidroxicloroquina y Faviparir son los tres antivirales que más se promocionan fraudulentamente en internet. Otros productos son las mascarillas KN95, FFP2 y N95
La expansión del coronavirus y el posterior confinamiento trajeron la asistencia masiva a farmacias para comprar mascarillas, que si antes ya eran buscadas ahora lo serán más, una vez que España se plantea la posibilidad que sean obligatorias o semiobligatorias. Este aumento en la demanda de ciertos productos también ha caído en los medicamentos, especialmente los empleados contra el Covid-19 como la Hidroxicloroquina, cuyo ‘stock’ está en peligro y de la que todos los países están haciendo acopio.
Sin embargo, ha llegado un problema grave: la proliferación de medicamentos falsos que inundan internet prometiendo una fórmula de principio activo que, como poco, no existe. A diferencia de los medicamentos falsificados (que no cumplen con los derechos de propiedad intelectual o industrial), los medicamentos falsos directamente están diseñados para imitar a las medicinas reales y no pasan ningún tipo de evaluación de la Agencia Europea del Medicamento. E internet está repleto de ellos.
Arbidol, Hidroxicloroquina y Faviparir falsos
Así lo asegura una investigación de Smart Protection, una empresa española dedicada a combatir la piratería y falsificaciones en internet que, a petición de varios organismos europeos, ha monitorizado 13 medicamentos, además de test para detectar Covid-19 y material sanitario como mascarillas, para comprobar su existencia en diversos portales ‘online’ y la presencia de medicamentos falsos con su nombre o descripción.
Su conclusión es que, en las últimas semanas, la venta de productos sanitarios falsificados en internet «se ha disparado, sobre todo en ‘marketplaces’. El 58% de la oferta ilegal de medicamentos y mascarillas relacionadas con el coronavirus se encontraba en las redes sociales, mientras que el 38% está en las plataformas de comercio electrónico» como Alibaba.
Los estafadores usan palabras claves como el código ‘155213-67-5’ asociado al Ritonavir o ‘1809249-37-3’ vinculado al Remdesivir
Este negocio ilegal tiene su trío de estrellas. Se trata del Arbidol, la Hidroxicloroquina y el Faviparir, los tres antivirales que más se promocionan de manera fraudulenta por sus supuestos efectos para paliar el Covid-19. Para escapar del control normativo, los estafadores usan palabras claves como el código ‘155213-67-5’ asociado al Ritonavir o ‘1809249-37-3’ vinculado al Remdesivir.
Hidroxicloroquina ratiopharm 200mh 30 comprimidos, del grupo Teva, uno de los medicamentos que estarían indicados para luchar contra el coronavirus
Las mascarillas más buscadas: KN95/FFP2/N95
Las mascarillas también son un producto muy buscado y falsificado en estos días. La investigación de Smart Protection asegura que el término ‘MASK KN95FFP2/N95’ otorga «los mayores resultados de falsificaciones obtenidos hasta la fecha».
Estas falsas mascarillas tienen un éxito especial en redes sociales como Instagram, donde «se han creado numerosas cuentas que, aunque con apenas seguidores, sí han logrado elaborar hasta 463.000 contenidos en esta red social en el periodo de la monitorización».
Muertes y pérdidas económicas
La proliferación de medicamentos falsos o falsificados tiene una doble vertiente: la sanitaria y la económica. Un estudio publicado en ‘The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene‘ asegura que provocan la muerte de 250.000 niños al año y unas pérdidas financieras de 200.000 millones de dólares al año.
Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) suele publicar informes periódicos alertando de los medicamentos que más sufren este tipo de delitos. En el último destaca la presencia de antipalúdicos (19,6%), antibióticos (16,9%) y anestésicos y analgésicos (8,5%) como los productos más falseados o falsificados.
Productos de calidad subestándar y falsificados (2013-3017)
Tipo de producto | Estados informantes | Notificaciones | Porcentaje |
---|---|---|---|
Anestésicos y analgésicos | 29 | 126 | 9 |
Antibióticos | 46 | 244 | 17 |
Antineoplásticos | 19 | 100 | 7 |
Anticonceptivos y fertilidad | 19 | 29 | 2 |
Antidiabéticos | 7 | 11 | 1 |
Medicamentos para corazón | 22 | 75 | 5 |
Medicamentos para VIH/hepatitis | 9 | 43 | 3 |
Productos de estilo de vida | 37 | 124 | 9 |
Antipalúdicos | 26 | 286 | 20 |
Medicamentos de salud mental | 19 | 45 | 3 |
Vacunas | 11 | 29 | 2 |
España: un problema ‘online’, no ‘offline’
En España la falsificación de medicamentos representa un serio problema, aunque acotado. En un informe público, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) asegura que «no se han observado casos de medicamentos falsificados que hayan llegado a pacientes en España a través del canal legal de dispensación», es decir, a través de las farmacias.
La misma visión tiene Farmaindustria, la patronal española de las farmacéuticas, que a preguntas de este diario recuerda que el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (Sevem), «que implica que los envases de los medicamentos incluyan dos dispositivos de seguridad añadidos para su control (identificador único y un sistema antimanipulación), hacen que hoy el canal de dispensación de las oficinas de farmacia sea prácticamente infranqueable para los medicamentos falsificados«.
Fuera de las farmacias «hay medicamentos falsificados y productos adulterados con principios activos no declarados en su composición»
Sin embargo, hay otra trinchera en la que sí caben los medicamentos falsos o falsificados: internet. La Aemps reconoce que fuera de las farmacias «sí se detectan medicamentos falsificados, así como productos adulterados con principios activos no declarados en su composición». La agencia señala directamente a internet, que «tiene un importante papel en el acceso a estos productos por parte de los ciudadanos» a través de webs ilegales».
El panorama, por tanto, dibuja un escenario con dos bifurcaciones: por un lado, las farmacias, en las que la venta de medicamentos falsos o falsificados parece prácticamente imposible; y por otro, internet, donde este tipo de medicamentos ilegales campan a sus anchas, sobre todo ahora, aprovechando el Covid-19, el confinamiento y la disponibilidad de medicamentos y mascarillas.