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Resumen:
La China de Xi Jinping se ha marcado el objetivo de disponer en 2049 de una fuerza militar de primera categoría a nivel global. Sistemáticamente, se ha minusvalorado la capacidad de Pekín para superar los grandes obstáculos que se oponían a su desarrollo en los diferentes ámbitos.
Partiendo, a mediados del siglo pasado, de un ejército enorme, pero muy deficiente y habiendo tenido que sacrificar su modernización al desarrollo económico, en las últimas tres décadas, las Fuerzas Armadas chinas han dado un salto asombroso.
Se debe contar seriamente con la hipótesis de que el gigante asiático llegue a conseguir el propósito de supremacía militar que se propone. Las consecuencias estratégicas serán enormes y ahora conviene ponderar con prudencia las decisiones que se vayan a tomar.
Palabras clave:
Ejército de Liberación del Pueblo, China, estrategia, supremacía militar, Xi Jinping.
Introducción
Hasta hace unos pocos años el consenso dominante afirmaba que la República Popular China (RPCh) seguiría el ejemplo de las otras naciones asiáticas que le precedieron en la modernización de sus sociedades —primero Japón y después los tigres asiáticos— y se democratizaría, siguiendo los patrones de desarrollo y modernidad de los Estados occidentales. Esta circunstancia hizo que no se prestara suficiente atención a las consecuencias estratégicas de la emergencia del gigante asiático1.
Ahora sabemos que, en lo previsible China, no solo no va a converger hacia el modelo liberal-democrático, sino que está reforzando su perfil autoritario. El Partido Comunista Chino (PCCh) no deja lugar a duda sobre su rechazo del modelo occidental y propugna uno diferente inspirado en su historia y sus propias referencias civilizacionales.
Desde el punto de vista militar, más precavido en sus juicios porque siempre incorpora en sus planes la hipótesis más peligrosa, tampoco se llegó a ver a tiempo la trascendencia estratégica del ascenso del Dragón Rojo. Con el cambio de siglo, cuando la economía china empezaba a posicionarse entre las primeras del mundo, sus Fuerzas Armadas no daban signos de poder llegar a retar militarmente a la potencia hegemónica.
Según el informe al Congreso del Departamento de Defensa de los EE. UU. del año 2000 —el primero de la serie de informes anuales—, se trataba de un ejército considerable, pero en su mayoría arcaico que no se ajustaba a las ambiciones a largo plazo del PCCh2.
Sin embargo, la evolución de la RPCh tanto en lo económico, pero sobre todo en lo militar, ha superado las previsiones y en el XIX Congreso del PCCh, celebrado en octubre de 2017, Xi Jinping anunció que el objetivo del Ejército de Liberación del Pueblo (ELP) es convertirse en 2049 en unas Fuerzas Armadas de primera categoría a escala global.