De vez en cuando, muy de vez en cuando, mucho menos de lo que me gustaría, me relajo un rato en casa y leo las noticias relacionadas con el medio ambiente. Esas noticias que “mi jefe”, con una constancia digna de un Record Guinnes, se molesta en recortar y repartir entre todo el personal de la empresa.
Mal hecho.
Al encararme con uno de los primeros titulares del suplemento de Medio Ambiente de La Gaceta del Lunes del 5 de abril, leo estupefacto:
¡¡¡ESPAÑA DESAPROVECHA LA ABUNDANTE AGUA PURA DE SUS ACUÍFEROS!!!
Las corrientes subterráneas tienen importantes ventajas de calidad, ambientales y económicas.
Tras unos instantes para reponerme del sobresalto y asimilar lo que las letras dicen continuo leyendo frases como las siguientes:
“España no tiene problemas de falta de agua, sino de gestión eficaz del recurso…..”
“Estas ventajas no sólo las airean los que se oponen
al Plan Hidrológico…”
“Además, hubiera contribuido a un uso más eficiente del recurso, como demuestran los datos existentes sobre los regadíos de aguas subterráneas frente a las superficiales…”
Y así un número indeterminado de despropósitos.
Pero bueno. Por cuestiones políticas y para renegar del plan Hidrológico, ¿es necesario soltar todo tipo de informaciones engañosas?
No es que esté en disconformidad con la utilidad racional de los acuíferos, ni tampoco a favor del Plan Hidrológico, pero para que no dejemos que informaciones de este tipo nos confundan es necesario aclarar los siguientes puntos:
· Los acuíferos no se rellenan con una varita mágica, sus aguas provienen de las lluvias. Por lo que en un país con precipitaciones tan irregulares como España no constituyen una fuente inagotable.
· Un acuífero no es un pantano ni una piscina subterránea, se trata de agua intersticial que empapa las arenas del terreno.
· Al extraer agua del acuífero, indefectiblemente bajará su nivel piezométrico y el agua se salinizará.
· Si el nivel de los acuíferos baja cerca de la costa, se produce una intrusión de agua salina que contamina el recurso, como ya ocurre en el levante español (pues los acuíferos se llevan explotando en España desde hace muchos años).
· Al bajar el nivel del acuífero se desecarán los ríos y áreas palustres (y si no que se lo pregunten a los patos de las Tablas de Daimiel).
· No solo se desecarán las lagunas, sino que al bajar el nivel de agua en el subsuelo las especies vegetales con distribución edafófila (sauces, fresnos, etc.) morirán.
· Al extraer del terreno la humedad que empapa los intersticios del mismo, se producen subsidiencias y hundimientos que pueden afectar a las construcciones humanas (como ha pasado en algunas casas de varias localidades de Valencia), etc.
No es mi ánimo ser pesimista o pecar de sabelotodo, pero ante pies de foto como el que sigue:
“Cuanta más agua subterránea utilizada, menos construcción de grandes infraestructuras.”
Sólo queda el desmayo de la razón.