Seguridad Corporativa en tiempos del… ya cambió todo

El autor sostiene que, en la actual situación de crisis originada por la pandemia de coronavirus, los departamentos de Seguridad Corporativa juegan y jugarán un papel clave a nivel global. Además, comparte su experiencia en la creación de un Intelligence Security Control Center (ISCC) en el sector energético.

Una pregunta: ¿le ha pasado en su negocio que inicia el análisis que generará el plan de acción para mitigar los riesgos de seguridad corporativa y al final descubre que la solución o soluciones empiezan a ser más multidisciplinarias? Y no hablo solo de cooperar entre departamentos. Empezamos a tener que dominar temas que antes solo se consensuaban o consultaban con, por ejemplo, Finanzas, Recursos Humanos, Seguridad e Higiene o Relaciones Laborales. Y ya ni hablar si se trata de geopolítica o pandemia…

Cuando, por fin, logras desarrollar el plan de acción, sucede que la información cambió, que el riesgo creció y que, además, te cuesta discernir por todas las fake news que se generan en Internet y las redes sociales. Esto, sin duda, complica más la toma de decisión.

Y, como última variable, agreguemos la movilidad que el sector energético tiene tradicionalmente. En este negocio, la velocidad y una correcta decisión pueden salvar una vida, un negocio o la reputación de toda una organización.

Nuevo ISCC

Mi nombre es Rodrigo Souza, soy psicólogo clínico con una especialidad en el área industrial, MBA, PM y miembro de ASIS International y otras organizaciones enfocadas a los temas de seguridad corporativa.

Y hoy quiero compartirles mi experiencia en la creación del Intelligence Security Control Center (ISCC). Se trata de un bebé que ha nacido para dar respuesta en el sector de Oil & Gas al tema de determinar los costos de la seguridad, la previsión y prevención de riesgos, el soporte y la asesoría en tiempo real. Todo desarrollado in-house en tiempos de reinventarnos y de colaboración interdisciplinaria.

Sin mezclar temas de la COVID-19, que tocaremos en algún otro artículo, hablaré de cómo podemos tener un ISCC en tiempos de coronavirus y de cómo este puede ser estratégico y de valor agregado para las organizaciones. El ISCC se articula en torno a las siguientes áreas:

Inteligencia. Agenda de riesgo + identificación y validación de fuentes + creación de productos por cada línea de negocio + hechos a la medida de la operación + creación de históricos.
Seguridad. Todos sus procesos de control operativo in-house y en campo (seguridad física).
Control. Pieza clave o lugar donde se colocan los disparadores en caso de ruptura de protocolo.
Centro. Lugar, espacio donde suceden las cosas. La correcta asignación de recursos y tecnología para su operación es clave (hoy, en el contexto del COVID-19 deberíamos considerar los satélites del ISCC que, en menor escala, puedan ser un espejo en caso de distanciamiento social).

Es importante recalcar que cada una de estas áreas está diseñada para decirnos si se pueden correr operaciones en zonas de alto riesgo con una velocidad aceptable y una interacción interdisciplinaria coordinada.

Los productos de inteligencia, ligados a los protocolos de servicio, soporte y reacción, deben asegurar la continuidad del negocio

Cultura organizacional

Es importante la venta y difusión de los sistemas desde las posiciones más altas de la organización, ya que es de aquí de donde se logra consolidar la implementación en la operación con los puntos de control del ISCC. Estos últimos deben considerarse familiares y a beneficio de cada miembro de la empresa, sin importar si es baby boomer o millennial. Da igual que se sea de Finanzas o de Seguridad e Higiene: la meta es lograr concientizar que la seguridad es un muy buen negocio para todos.

La integración de controles para un trabajo interdisciplinario –gasto y/o robo de combustible, optimización y asignación de recursos, buenas prácticas de manejo o información forense en caso de accidente– logra consolidar la información para que otras áreas puedan aprovechar la integración de procesos y protocolos críticos en campos. En una sola metodología y en un solo sistema.

En este ejemplo tendríamos a Finanzas auditando la optimización de recursos, al Área Legal teniendo información forense confiable, a Operaciones y Logística con el control y monitoreo de sus operaciones remotas, a Seguridad e Higiene con los controles del buen conductor, etc.

Inteligencia ‘in-house’

Hemos creado una columna vertebral que ayuda en la agenda de riesgos y en la identificación de fuentes correctas, la segregación y validación de la información, el control de las operaciones en campo (un promedio de 250 gerenciamientos diarios) o la difusión de temas relacionados con la prevención de riesgos que pudieran impactar en las operaciones. La generación de, al menos, una decena de mapas de riesgo mensuales ponía un pie adelante a nuestra organización en la toma de decisiones en tiempos de violencia extrema en el golfo de México.

Una tarea fundamental del departamento de Seguridad Corporativa debería ser la captación, creación y consolidación de productos de inteligencia y datos básicos que, obligadamente, han de ir ligados a los protocolos de servicio, soporte y reacción que aseguren la continuidad del negocio.