En la actualidad el uso de Vehículos Aéreos no Tripulados (UAV)1 o Aeronaves Pilotadas a
Distancia (RPA)2, comúnmente denominados drones, es conocido por la generalidad de
la población, comprendiendo múltiples aplicaciones que abarcan desde el uso no profesional relacionado con actividades deportivas y de ocio personal, hasta actividades profesionales relacionadas con la logística, publicidad, topografía, monitorización de espacios abiertos, investigaciones científicas, y soporte en tratamiento de emergencias, así como su empleo en labores inteligencia y protección en defensa y seguridad pública.
Las mismas características que han potenciado su desarrollo empresarial en actividades legales y su aplicación por organismos y entidades públicas para la protección de los derechos de la sociedad, como su accesibilidad, monitorización a distancia, transporte, sigilo y anonimato, no han pasado desapercibidas para individuos, organizaciones delincuenciales y grupos terroristas que no han dudado en adaptar estos vehículos comerciales para actividades ilícitas de vuelos sobre áreas restringidas y/o prohibidas, seguimiento de personas e incluso su uso en actividades terroristas.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos clasifica los drones en 5 grupos basados en su peso, altitud y velocidad de operación. Los drones pertenecientes a los grupos 1, 2 y 3 son conocidos como LSS UAS3 , que vienen a ser drones de pequeño tamañoque operan a baja altitud y velocidad.
La clasificación de la Tabla 1, basada en peso, altura y velocidad ha quedado obsoleta,
puesto que hay drones del grupo 1 con techos de vuelo del grupo 5, por lo que se deberían
estudiar nuevas clasificaciones basadas en otros parámetros6.
Son los drones pertenecientes a los grupos 1, 2 y 3 los que son objeto de este informe, ya
que los drones de los grupos 4 y 5 suponen una amenaza semejante a la de las aeronaves tripuladas y por tanto su tratamiento es el convencional a cargo de los sistemas de defensa aérea.