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Una empresa española en la carrera mundial por las mininucleares: «Aquí la ideología elude el debate»

Victor Martínfez

Las principales potencias mundiales y multimillonarios como Bill Gates o Warren Buffet financian proyectos para desarrollar pequeños reactores modulares que requieran menores inversiones y generen menos residuos.

Detrás del debate reabierto en Europa sobre el futuro de la energía nuclear se esconde una millonaria carrera a nivel mundial por la investigación y desarrollo de pequeños reactores modulares que suministren energía barata y estable con la que impulsar la descarbonización de las principales economías. EEUU, Rusia, Argentina, China, Canadá, Corea del Sur, Francia y Reino Unido -que anunció la pasada semana un plan para hacer a Roll Royce su campeón atómico- trabajan en sus propios modelos de minis y microrreactores con los que reimpulsar la nuclear.

En esta carrera se ha colado la empresa de ingeniería española Idom, que invierte a través de una compañía británica en el desarrollo de uno de estos innovadores proyectos en Canadá. Su director de Servicios Nucleares, Xabier Ruiz, cree que estos reactores supondrán una resurrección del átomo a nivel mundial al salvar uno de sus grandes escollos actuales: la millonaria inversión que requieren por la demora en su instalación y puesta en operación, que puede superar los 20 años tras un largo y complejo proceso burocrático que asegure la seguridad de la planta.

Un ‘minirreactor nuclear’ es una instalación de generación eléctrica con una potencia próxima a los 300 megavatios, lo que supone aproximadamente una tercera parte del tamaño de las grandes centrales existentes actualmente en España. Sus impulsores señalan que precisamente en su pequeño tamaño radica su gran ventaja, ya que la inversión necesaria se reduce enormemente desde las decenas de inasumibles miles de millones de euros que requiere una gran central.

«La gran diferencia es el tiempo de instalación por la simplificación del proceso de autorización, lo que abarata enormemente la inversión. Al ser más pequeño, el tiempo de licencia será inferior, de entre tres y seis años», explica Ruiz. La última central nuclear que comenzó a funcionar en EEUU, en 2020, tardó en comenzó a generar electricidad un total de 250 meses, casi 21 años.

Otra ventaja de las mininucleares es su capacidad de adaptación a entornos no aptos para los grandes reactores. Estas instalaciones pueden ser prefabricadas y luego transportadas, lo que les da flexibilidad para abastecer de energía a lugares donde la red no es capaz de llegar.

Actualmente hay más de cuarenta proyectos en investigación, según detalla el Organismo Internacional de la Energía Atómica. La empresa española trabaja en un modelo impulsado por Canadá que incluye como gran avance el reciclaje de los residuos nucleares. Esto aliviaría otro de los grandes lastres actuales de la nuclear: qué hacer con los miles de litros de combustible gastado y de alto contenido radiactivo desechados cada año por las plantas. Aquí reside precisamente uno de los argumentos de los detractores del átomo, entre ellos el propio Gobierno español, para sostener que la nuclear no puede ser considerada una energía ‘limpia’ a pesar de no emitir CO2 a la atmósfera.

De la misma forma, los SMR (Small Modular Reactor, por sus siglas en inglés) reducen el consumo de combustible y por tanto la necesidad de recarga que obliga a parar temporalmente a las centrales. Los primeros estudios hablan de que en este caso las recargas se producirían en un periodo de entre tres y siete años, frente a los uno o dos como máximo de las plantas convencionales. Algunos proyectos de minirreactor hablan de recarga cada 30 años. En España, esta misma semana ha coincidido la parada técnica de dos centrales, Cofrentes y Almaraz, para recargar combustible.

Proyecto de minirreactor nuclear de la empresa Moltex Energy en Canadá.
Proyecto de minirreactor nuclear de la empresa Moltex Energy en Canadá.EM

¿Veremos en España este tipo de pequeñas centrales? «Aquí hay una ideología muy contraria que elude el debate. Los retos pasan por extender la vida de los actuales reactores, qué hacer con los recursos y si crear o no un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos…», lamenta el directivo de Idom.

Mientras en España la energía nuclear se encamina hacia su desaparición, con el cierre pactado por eléctricas y Gobierno de todo el parque antes de 2035, Reino Unido y Francia han anunciado en las últimas semanas su reactivación. El primero de estos países concederá a Roll Royce subvenciones por 240 millones de euros para desarrollar su propio minirreactor nuclear. El segundo, según anunció su presidente Emmanuel Macron en un discurso a la nación, destinará 1.000 millones de euros a la investigación como una de las principales patas en su plan de recuperación tras la crisis del Covid.

La entrada de las grandes potencias mundiales con fondos públicos se suma a las inversiones privadas que están llevando a cabo magnates como Bill Gates o Warren Buffet. Ambos comparten participan en la empresa norteamericana Terra Power, que trabaja con el objetivo de poner uno de estos reactores en marcha en 2030 para dar cobertura y estabilidad al gran plan de renovables impulsado por la Administración norteamericana.

Organizaciones ecologistas, por su parte, creen que los minirreactores ofrecen aún serias dudas sobre su competitividad y su peligrosidad, por lo que apuestan por un proceso de descarbonización basada en su totalidad en la energía generada por fuentes renovables apoyada por los nuevos sistemas de almacenamiento también en desarrollo.

Fecha de publicaciónnoviembre 17, 2021

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