Poco podía imaginarse Stephanie Farnan, una madre irlandesa de 28 años residente en Wexford, que una autofoto le acabaría salvando la vida, según informa el rotativo The Irish Sun.
Este pasado 23 de agosto, el padre y el hermano de Stephanie la encontraban inconsciente en su domicilio. Mientras contactaban con los servicios de emergencias, su hermano chequeaba su smartphone, encontrando en él una selfie que se había hecho 14 minutos antes de que la hallaran.
Y ahí está la clave, en el marco horario que pudieron establecer los facultativos que la atendieron, ya que ello significaba que un cuarto de hora antes de que su familia llamara a urgencias, ella todavía seguía consciente.
Dicho marco horario permitió a los médicos administrar a la paciente un medicamento anticoagulante que sólo es posible administrar en estos casos si no ha pasado un tiempo determinado desde el colapso de la paciente, tras establecer que la causa era un derrame cerebral. La hora en que se tomó la selfie determinó que era posible administrárselo, y así lo hicieron.
Tras recuperar la conciencia, Stephanie declaró no ser capaz de recordar nada de aquella mañana antes de despertarse en la unidad de curas intensivas del hospital local, incluída la foto selfie que le salvó la vida.
Actualmente se encuentra fuera de peligro, pese a que no ha recuperado del todo su movilidad ni su visión, y está todavía pendiente de una intervención al corazón, ya que los médicos dictaminaron que el accidente cerebrovascular que había sufrido, fue causado por un agujero en su corazón, aunque en el incidente también han involucrado un parche anticonceptivo.
La información sobre la hora en que se tomó la selfie es fácil de encontrar: las aplicaciones de cámara graban una serie de metadatos en los ficheros que contienen las imágenes, informaciones entre las que se incluye la fecha y la hora. De la misma forma, incluso puede ser que en el nombre del archivo, consten estos mismos datos.