Dentro de nada estaremos camino a Marte. Habrá que ver entonces si el ser humano está preparado física y mentalmente para afrontar los riesgos y encima tener que compartir braguero.
Si todo sale bien, en los próximos años los seres humanos seremos capaces de pisar el polvo rojo marciano por primera vez en la historia. Será un viaje peligroso, lleno de obstáculos y de situaciones imprevisibles que requerirá de una tripulación valiente y, según revela la Agencia Espacial Europea (ESA), nada escrupulosa.
Mientras duró la época de los transbordadores espaciales, los astronautas de las distintas misiones disfrutaban de su propia unidad de movilidad extravehicular, o dicho de otro modo, de su propio traje espacial. Ahora ya no, la tripulación de la Estación Espacial Internacional tiene que compartir sus trajes para realizar sus paseos espaciales y está previsto que suceda lo mismo con los astronautas que vivan en Gateway, la estación espacial que se está preparando para orbitar alrededor de la Luna.
Según el especialista en soporte vital de la ESA, Christophe Lasseur: «la higiene es siempre una preocupación a bordo de la Estación Espacial Internacional. Los astronautas usan su ropa en días alternos y luego se deshacen de ella, quemándola en el interior de las naves espaciales de reentrada. Pero hay algunos objetos y superficies que deben compartirse».
Ponerse un traje espacial es un ritual que lleva su tiempo, como explica este artículo publicado en la web de la ESA. Primero se tienen que poner una especie de pañal desechable que se llama Maximum Absorbency Garment, después una prenda térmica (Thermal Comfort Undergarment) y una prenda parecida a la ropa interior larga que llaman LCVG (Liquid Cooling and Ventilation Garment). El LCVG tiene una serie de tubos por los que pasa el agua fría que hacen que los astronautas no pase calor mientras realizan su extenuante trabajo fuera de la nave.
El LCVG va pegado a la piel y los astronautas los tienen que compartir con los riesgos para la salud que esto supone para ellos. Como explica la ingeniera de materiales de la ESA Malgorzata Holynska: «Los tejidos para vuelos espaciales, especialmente cuando están sujetos a contaminación biológica -por ejemplo, la ropa interior de los trajes espaciales-, pueden plantear riesgos tanto técnicos como médicos durante los vuelos de larga duración”.
Por eso la ESA ha puesto en marcha un programa llamado BACTeRMA (Tecnología Avanzada de Revestimiento Biocida para Reducir la Actividad Microbiana) para buscar nuevos materiales que reduzcan la actividad bacteriana dentro de los trajes.
“Ya estamos investigando materiales candidatos para las capas de los trajes espaciales exteriores”, asegura Holynska. «Por lo que este proyecto de desarrollo tecnológico es un complemento útil, ya que estudia pequeñas moléculas que eliminan las bacterias y que pueden ser útiles para todo tipo de textiles para vuelos espaciales, incluida la ropa interior de los trajes».
La ESA ha contactado con el Vienna Textile Lab austriaco para buscar una alternativa a los tejidos antimicrobianos que ha usado hasta ahora, plata y cobre, fundamentalmente. Esta compañía fabrica materiales con microorganismos que producen compuestos antimicrobianos, antivirales y antihongos.
El Foro Espacial Austriaco en colaboración con el Laboratorio Textil de Viena, probará las propiedades de estos tejidos y los expondrá al sudor, la radiación y al polvo lunar artificial. «Las pruebas de radiación simularán el almacenamiento prolongado en el espacio», añade Malgorzata. «Se sabe que la radiación envejece y degrada los tejidos de forma compleja». El polvo lunar artificial les permite comprobar la reacción de estos materiales en un ambiente polvoriento como el que experimentarán los astronautas en la Luna o Marte.
Los astronautas que viajen a Marte tendrán que estar preparados física y psicológicamente para afrontar todo tipo de situaciones, incluso las imprevistas. Esperemos que este proyecto de la ESA tenga éxito porque a los retos que se les vienen por delante habrá que añadir uno con el que probablemente no contaban, viajar a Marte no solo será peligroso, sino también asqueroso.