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La crisis del coronavirus: lecciones aprendidas (III)

La crisis del coronavirus: lecciones aprendidas (III)

Cuando llevamos tantos días de cuarentena, demasiados, y en el mismo día en que el gobierno que nos ha llevado de la mano a esta situación caótica -por hacer caso omiso a los múltiples avisos de los organismos internacionales al respecto; no acumular previamente y en las cantidades precisas los elementos sanitarios y de protección necesarios; mirar para otro lado ante hechos colectivos cuando la pandemia estaba ya extendida y en casa, se propone alargar por cuarta vez el estado de alarma- me decido a escribir esta tercera edición de las Lecciones aprendidas de esta crisis muy mal llevada y peor dirigida. Situación que, sin lanzar mucho las campanas al vuelo, puede que estemos a pronto de dejarla en residual, aunque no vencida por completo ya, y que, según los técnicos, puede que hasta vuelva a rebrotar.    

Creo que con este capítulo podremos dar por cerrada una etapa y por reflejado bien claro lo mucho y malo que hemos aprendido de una pésima gestión por parte del gobierno y su nula solución. Situación, que realmente se habrá superado a base de que seamos los ciudadanos los que hayamos estado recluidos, sin llegar los test tantas veces prometidos ni realizados los estudios de contagio por áreas que tan importantes eran para poder levantar el encierro. 

Mucho me temo, que tal y como ya se anunciaba por todos lados y que se veía venir claramente en el horizonte cercano, esta crisis sanitaria, tan tediosa y costosa en esfuerzos y en miles de vidas humanas, ha sido la causa y la introducción a otra crisis económica mucho más duradera y de consecuencias tan graves que, fácilmente puede superar todas las previsiones e hitos alcanzados en el pasado en graves situaciones de crisis y agobios económicos. 

Sin más preámbulo, paso a referir las lecciones aprendidas de esta tercera fase y las primeras o iniciales de la crisis económica que a la primera de cambio y en solo un mes y medio, ha sumido a España a alcanzar un récord increíble en lo referente a las prestaciones estatales a las personas desocupadas.

En el corto apartado de las lecciones positivas, que también las hay, se pueden destacar las siguientes:

Como resumen final de todo lo dicho anteriormente; se puede afirmar sin temor a errar grandemente, que muchos de los defectos resaltados en las dos fases anteriores, se han venido arrastrando e incluso multiplicando en esta. El egocentrismo y un alto grado de totalitarismo despótico del gobierno y su presidente a la cabeza han dado origen a situaciones realmente kafkianas y de naturaleza poco democrática. Se ha perdido mucho tiempo en disquisiciones, trapicheos y apaños y no se ha aprovechado para trazar los necesarios y eficientes planes de descenso adecuados y de incorporación a la normalidad; planes, que hubieran favorecido a que la crisis económica, en algo hubiera disminuido en alcance, gravedad e intensidad. 

Con ello, se ha abierto el paso a una situación de crisis económica en la que España parte en una de las peores situaciones posibles a escala mundial y hará que sea muy difícil que todas las ayudas y apoyos recibidos por la UE y el BCE sean del carácter sin costo o a no devolver como a muchos o a todos nos gustaría. Haber alcanzado un número tan elevado y jamás visto de personas que necesitan de alguna subvención por parte del Estado, no es para vanagloriarse ni para ponerse medallas, sino para ponerse a temblar y como acicate para hacer algo positivo ya.

Para terminar el repaso a todas estas lecciones, quisiera resaltar, que es más que probable que a nada que se levante el estado de alarma, las protestas por los ciudadanos serán muchas y generalizadas (otro motivo para que el gobierno no quiera levantar dicho estado); así como las demandas presentadas ante los tribunales también serán de cierto volumen e importancia.

Mucho me temo que, al cerrar este capítulo de lecciones aprendidas sobre la crisis sanitaria debido al coronavirus, ya en vías de solución o de encauzamiento, tendremos que abrir de forma obligatoria uno nuevo, sobre esta crisis económica, derivada de la anterior, que por desgracia también será la causante de muchos dramas de diferente alcance.                   


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