El país magrebí sigue reforzando sus fuerzas armadas a golpe de talonario, y no lo hace de cualquier manera. Se nutre de tecnología estadounidense y puede ser un problema para España.
Ya casi no es ni noticia. Tan solo un apunte más en las informaciones de círculos y foros interesados en defensa, pero la escalada de adquisiciones de Marruecos en material militar, es algo incesante y las actualizaciones sobre nuevos sistemas de armas adquiridos, se han convertido en algo casi cotidiano. Esta vez le ha tocado el turno a la artillería y, como últimamente está ocurriendo, buena parte con material estadounidense de primera y a golpe de talonario. El impulso que le han dado a un arma tan importante puede hacer saltar las alarmas al otro lado del Mediterráneo si lo comparamos con la realidad española.
En los últimos años nuestro vecino africano ha sorprendido con sus importantes adquisiciones de material militar. Primero fueron los F-16. Su fragata FREM, luego los carros de combate M1 Abrams. Después la compra de misiles anticarro TOW, luego los helicópteros de combate Apache. También radares de ultimísima generación para sus drones Predator, misiles antiaéreos de corto alcance MBDA MICA (europeos) y de alcance medio Sky Dragon (chinos) y lo último: misiles Harpoon Bloque II. La lista es larga y el dinero gastado, con muchos ceros. Pero también ha reforzado, de una manera muy discreta y sin grandes anuncios, un elemento tan vital para el combate terrestre como es su artillería.
La realidad es que, a día de hoy y con las últimas adquisiciones confirmadas más las que se dan como posibles, la artillería alauita no se parece en nada a la que tenía el reino hace tan solo cuatro o cinco años. El cambio es abismal y eso no es, especialmente, una buena noticia para España.
Antes del año 2010 la artillería marroquí se podía calificar como variopinta y de escasa eficacia. Se basaba en un elevado número de piezas anticuadas y remolcadas de origen norteamericano la mayoría, obuses M114 de 155mm, M101 de 105 mm y material de origen ruso de 130 mm. Lo más moderno en este tipo de cañones eran los FH70 (155 mm) y los L118 (105 mm) de origen británico. Junto a esta artillería remolcada, existía un importante parque de material norteamericano autopropulsado, M110A2 de 203 mm y M109 de 155 mm en varias versiones (A2,A3, L42 KAWEST y A5). Junto a ellos cerca de 100 ejemplares del Mle F3 (155 mm) de origen francés. Como es fácil deducir, una verdadera pesadilla de logística que ahora han cambiado por completo.
Nuevo material de primer nivel
De todo lo anterior, según las informaciones, solo seguirían hoy en servicio las piezas remolcadas de origen británico. Del FH70 disponen de 30 ejemplares y otras tantas del L118. Del resto, aunque los M-110 también podrían seguir en activo pese a su antigüedad, solo los M109 serían de verdad eficaces. De los segundos habría un máximo de 300 unidades en servicio (probablemente menos) y cerca de 50 del M110. A partir de aquí el panorama es bien diferente pues los refuerzos llegan en tropel.
En cuanto a artillería convencional las mejoras provienen de diversas fuentes y con diversas capacidades. Las primeras de estas grandes mejoras vienen con la adquisición de un número indeterminado de ejemplares del autopropulsado ruso 2S-19 Msta-S. El número exacto no ha sido publicado y todo apunta a que existen reparos en dar ese dato, aunque se estima que pueden ser alrededor de 40 las unidades adquiridas.
El Msta-S es un imponente vehículo. Se trata de una conversión a partir de la barcaza del carro de combate T-80, aunque utiliza el motor diésel de los T-72. Está dotado de un cañón de 152.4 mm (es el calibre ruso equivalente al 155 OTAN) aunque en la versión de exportación, la adquirida por Marruecos, se monta un tubo de 155 mm compatible con la munición OTAN. Se trata de un buen material, eficaz y probado en combate en los conflictos de Chechenia, Donbass y Ucrania.
El otro gran refuerzo es la pieza autopropulsada sobre camión CAESAR, fabricado por la francesa Nexter. Se trata de un modelo del calibre 155 mm sobre el chasis adaptado del camión Sherpa. Dispone de cargador automático y cabina de dotación blindada. Es un moderno material (salió al mercado en 2008) del que han adquirido 36 unidades por un importe total de 200 millones de euros. El arma es similar al FH70, pero mucho más versátil al ser autopropulsada en lugar de remolcada y disponer del cargador automático.
Por último, se ha confirmado la intención marroquí de adquirir a corto plazo el sistema de artillería M109A6 Paladin. Se trata de la evolución lógica del M109 norteamericano, con un cañón del mismo calibre (155 mm) pero mucho más moderno y con la última tecnología en artillería, capaz de ponerse en posición y abrir fuego con total precisión en tan solo 30 segundos. De materializarse esta adquisición a los EEUU, la cifra posible se situaría alrededor de las 100 unidades para reemplazar a los M109 más antiguos (los A2 y A3).
Sistemas lanzacohetes y tal vez misiles
Por si todo esto fuera poco, el país norteafricano también ha entrado y por la puerta grande, en un campo de la artillería que cada vez se considera más necesario y al que todos los países acceden o al menos lo intentan. Se trata de la artillería lanzacohetes. Este tipo de artillería basa su eficacia en el fuego de saturación, al ser capaces de lanzar sobre una porción de terreno una enorme potencia de fuego de manera simultánea.
El efecto sobre el enemigo es devastador, algo que solo se conseguiría con artillería convencional mediante una gran concentración. La desventaja de los sistemas lanzacohetes estriba en sus tiempos de recarga, su mayor coste de munición, su dificultad para un fuego sostenido y, antiguamente, en su escasa precisión, algo que hoy en día se ha solucionado.
De estos sistemas Marruecos habría adquirido un número indeterminado de WS-2D, un arma del tipo MRLS (Multiple-Rocket Launcher Systems) comprada a China en 2018. Se trata de un sistema lanzador de cohetes guiados de 400 mm con 6 tubos montados sobre chasis de camión. La versión adquirida (2D), que podría estar entre las 36 y 48 unidades (6 u 8 baterías), dispone de guiado por GPS y tiene un alcance de 400 km.
Otro lanzacohetes adquirido es el PHL-03, también de fabricación china. Se trata de un modelo basado en el sistema ruso BM-30 Smerch, de quien adopta idéntica configuración con 12 tubos de 300 mm. Los cohetes, dependiendo de su cabeza de guerra que puede ser de varios tipos, tienen un alcance de hasta 130 km y disponen de guiado por GPS/GLONASS. Se habrían adquirido unos 36 lanzadores.
Si bien estos sistemas de origen chino son potentes, la eficacia real de los mismos queda un poco en el aire al ser un material sobre el que la información es siempre opaca. Algo que no ocurre con la última y flamante adquisición del reino alauita, que recurre de nuevo al probado y fiable material americano. Su última adquisición no es otra que el sistema HIMARS. El M142 High Mobility Artillery Rocket System (HIMARS) es uno de los mejores lanzacohetes del mundo y cuenta con un sistema ligero que consta de un lanzador con 6 tubos de 227 mm.
Los cohetes tienen un alcance de más de 300 km y disponen de diversos sistemas de guiado, habiendo demostrado un grado de precisión asombroso para este tipo de armas en utilización real y en escenarios tan exigentes como Afganistán e Irak. El M142, además de ser aerotransportable y de recarga rápida, goza de una gran movilidad siendo una artillería del tipo ‘shoot-and-scoot’, es decir, capaz de disparar y cambiar de posición de inmediato. Marruecos ha adquirido 36 lanzadores para dotar 6 baterías, por un coste estimado superior a los 250 millones de dólares.
La guinda del pastel la podría poner nuestro vecino si se confirman los rumores de que estaría gestionando la adquisición de misiles ATACMS. Esto sería un salto cualitativo muy relevante y significativo. Se trata del nuevo misil tierra – tierra norteamericano MGM-140 Army Tactical Missile System. Es un ingenio de 4 metros de longitud y 610 mm de diámetro, con un alcance de más de 300 km. Su guiado es inercial y mediante GPS, muy preciso y con varias cabezas de guerra, incluyendo un tipo con submunición que actúa como las terribles bombas ‘cluster’ o de racimo. La gran ventaja de este misil y que facilitaría su adquisición, es que utiliza el mismo lanzador que el HIMARS, siendo de hecho intercambiables.
Artillería española: esperando su modernización
Todo esto que ha ido anunciando Marruecos gana aún más peso, y es más preocupante cuando se compara con el caso español. La descripción de la situación artillera en España es breve. En la actualidad se dispone de tan solo tres tipos de armas: el cañón remolcado L118 ‘Light Gun’ de 105 mm, el obús remolcado de fabricación nacional SBS APU-SIAC de 155 mm y el autopropulsado M-109 de 155 mm. Todos son buen material que ha dado pruebas de eficacia y fiabilidad. Han sido sometidos a un duro trabajo y se les ha realizado un mantenimiento excelente, pero los años pasan factura.
Los ‘Light Gun’ (de los que hay 56 piezas) se adquirieron en 1995. Los SIAC remolcados, equivalentes al FH70 marroquí, son del año 2000 y hay 78 en activo. La situación de los M-109 es aún peor. El Ejército de Tierra mantiene en activo menos de 90 ejemplares y la Armada 6 (versión A2) a punto de darse de baja y pendientes de que Tierra les ceda 6 de sus piezas para mantener su única batería de artillería en activo.
Todos los M-109 (excepto los de Infantería de Marina) se encuentran modernizados a la versión A5E (la misma que los más modernos de Marruecos) pero son unidades con demasiados años a cuestas. Las primeras de ‘cañón largo’ (versión M-109A1B) llegaron a España en 1978 y se han ido modernizando y alargando su vida desde entonces. El M-109 ha probado ser un material irrompible cuando se le trata bien, pero pide a gritos el relevo.
De artillería lanzacohetes, nada de nada desde que en 2011 se dio de baja el sistema de fabricación nacional ‘Teruel’. Se ha evaluado el HIMARS, que sería para España lo ideal y también se ha analizado la sustitución de los vetustos y fieles M-109 por nuevos modelos A6 Paladin. Todo ha quedado en ‘estudio’ y la única novedad de nuestra artillería se puede decir que es la reciente adquisición de los nuevos proyectiles de precisión ‘Excalibur’. Los misiles, por supuesto, “ni están ni se les espera”. En la parte positiva está el elevado nivel de adiestramiento del personal, a la altura de los mejores en el ámbito occidental.
La comparación de medios españoles y alauitas deja clara la situación. Los marroquíes han actuado con mucha inteligencia, tienen su proveedor principal de referencia (EEUU) pero también compran a otros como Francia, Rusia o China. Diversificar mucho complica el adiestramiento e incrementa los costes de logística, pero eso no parece ser problema para quien, en los últimos años, entre adquisiciones realizadas, confirmadas o previstas, ha comprometido a golpe de talonario una cifra que se puede estimar superior a los 15.000 millones de dólares, solo en adquisiciones directas. Cantidad sin duda elevada para un país que por otro lado es solicitante de fondos para el desarrollo.