3.000 efectivos están de guardia todos los días del año para garantizar la seguridad de los españoles. Otros 12.000 están listos para activarse inmediatamente ante cualquier crisis en territorio nacional.
“El estar todos los días ahí no se nota, pero si no estuviéramos, se notaría”. Así explica el comandante del Mando de Operaciones, teniente general Francisco Braco, qué son las Operaciones Permanentes de las Fuerzas Armadas en territorio nacional. Una serie de misiones “que no se ven” pero que contribuyen a garantizar la seguridad de los españoles en todos los espacios soberanos, las 24 horas del día, los 365 días del año… “los 366 si es bisiesto”, bromea. Y para ello, diariamente hay unos 3.000 militares de guardia que vigilan por tierra, mar, aire y hasta en el ciberespacio.
Se trata de una tarea prácticamente desconocida por los ciudadanos, más acostumbrados a las misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas y que, hasta la llegada de la pandemia, no se habían percatado de que los dos Ejércitos y la Armada también dan seguridad a España y a los españoles en “casa”. Y lo hacen permanentemente, con los cazas en los hangares de alerta rápida listos para despegar ante la presencia de cualquier aeronave sospechosa, con los buques patrullando las aguas territoriales, militares en los peñones e islotes del norte de África o con equipos y sistemas para garantizar la libertad en el ciberespacio.
Son cuatro estas misiones permanentes, cada una de ellas coordinada por un “Mando Operativo” y que, en su área de responsabilidad, contribuyen “a la disuasión ante las posibles amenazas” que puedan presentarse, explica el teniente general Braco. Y si esos 3.000 efectivos no son suficientes, hay aproximadamente otros 12.000 (el 10% del total de las Fuerzas Armadas) preparados para desplegarse y sumarse a esas operaciones ante cualquier amenaza o riesgo, como fue la avalancha de inmigrantes de Ceuta o la reciente erupción del volcán de La Palma, por ejemplo. Durante dos días, representantes de los cuatro Mandos se han reunido en Madrid en el Seminario de Operaciones Permanentes para poner en común procedimientos y mejorar y agilizar sus misiones.
Cielos vigilados y protegidos
Uno de los más conocidos, entre otros por actuaciones como la del avión de Air Canada que resultó dañado tras despegar de Madrid en enero de 2020, es el Mando Operativo Aeroespacial (MOA), cuya misión es la de vigilancia, seguridad, control y Policía Aérea en los espacios aeroespaciales de soberanía, responsabilidad e interés nacional.
Al frente, el Teniente General Francisco González-Espresati, encargado de planear y conducir las diferentes misiones y coordinar todos los medios del Ejército del Aire disponibles, principalmente las unidades de cazas de combate “Eurofighter” y F-18 que se encuentran a diario en alerta y listos para despegar en 15 minutos para interceptar cualquier aeronave sospechosa o que vuele sin identificar. Y apoyándolos, los 13 Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA) que con sus radares detectan cualquier “traza” que sobrevuele España.
Cada día, explica el teniente general, casi 2.000 militares vigilan el espacio aéreo español desde los centros de control, los EVA o las bases aéreas en las que están los aviones preparados. Y si para sus misiones requieren de la activación de unidades de Artillería Antiaérea del Ejército de Tierra o de los sensores y armamento de las fragatas de la Armada, el despliegue puede rondar los 3.000 uniformados. De ahí que al año lleven a cabo las maniobras “Eagle Eye” para poner en común los procedimientos y adiestrarse conjuntamente junto a otros actores también implicados en la defensa nacional.
Y tal y como apunta su responsable, en los últimos tiempos están notando que cada vez hay más aeronaves pequeñas que vuelan sin identificarse o sin plan de vuelo, principalmente avionetas o ultraligeros, que sobrevuelan determinadas zonas para las que se necesitan unas autorizaciones cuyos dueños desconocen pero que obligan a los cazas a despegar para identificarlas.
El espacio, también controlado
Este Mando incluye desde hace no mucho el ámbito espacial, el cual aún está desarrollándose. Gracias a sus sistemas y radares, vigilan y monitorizan cualquier objeto o “basura espacial” que pueda suponer una amenaza, como fue el caso de los restos de un cohete chino que en mayo mantuvo en vilo al mundo.
El encargado de vigilar y dar seguridad a las aguas territoriales es el Mando Operativo Marítimo (MOM), el cual se apoya principalmente en los patrulleros y Buques de Acción Marítima de la Armada para, entre otras, llevar a cabo misiones de vigilancia y seguridad naval, de policía marítima o de colaboración contra el narcotráfico o el terrorismo, además de proteger el patrimonio subacuático. Su responsable es el vicealmirante Juan Luis Sobrino, quien explica que una de las claves de su misión es el “conocimiento del entorno marítimo”, para lo cual se ponen en contacto e interrogan a los buques que transitan por aguas españolas. Solo en 2020 llevaron a cabo más de 3.000 de estas “entrevistas”.
El tercero de los Mandos es el Terrestre (MOT), cuya misión, al igual que el resto, es la de disuadir, vigilar y defender los espacios terrestres soberanos. Su área de responsabilidad comprende principalmente las islas Canarias, Ceuta, Melilla y los peñones e islotes del norte de África, pero si es requerido puede actuar en Baleares o la propia Península.
Su responsable, el General de División Alejandro Gonzalo Escámez, explica alguna de sus tareas, como las patrullas de presencia y vigilancia, los reconocimientos de rutas e infraestructuras, labores de inteligencia y ese ya citado “conocimiento del entorno”. Actividades estas que realizan los 365 días del año los efectivos activados de alguno de los tres Grupos Tácticos (Ceuta, Melilla y Canarias) en los que se dividen, cada uno formado por unos 500 militares.
Por último está el más reciente de todos, el Mando Operativo Ciberespacial (MOC), cuyo responsable es el General de División Rafael García Hernández. Tal y como explica, en el futuro las operaciones militares no serán en un “dominio aislado, serán multidominio y el ámbito ciber estará muy presente”. De ahí que las Fuerzas Armadas hayan dado un importante impulso a este nuevo teatro de operaciones con una unidad encargada de hacer frente a las amenazas del ciberespacio porque “cada día estamos más expuestos”, añade para avisar: “Quien domine el ciberespacio será quien domine la contienda… la cibercontienda”. En principio, las misiones de este Mando están dirigidas a garantizar la seguridad de las redes y sistemas de las Fuerzas Armadas, aunque también colaboran con la ciberseguridad nacional.